Diario de Burgos

La olimpiada de los cerdos

I.P.
-

Las granjas Cecilio Villarreal, de Huerta de Rey, y La Lobera, de Aranda de Duero, optan este viernes a llevarse alguno de los Premios Porc D'Or, que anualmente convoca el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria

A la izquierda: Cecilio y Yolanda dedican todas las horas del día a su cerdos, ya que la granja la llevan solos; a la derecha: Vladimir es el encargado de la granja de ibérico La Lobera, en la capital ribereña. - Foto: F2estudio / I.M.L.

La carrera del sector porcino por hacerse con alguno de los prestigiosos premio Porc D’Or, que anualmente organiza el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA). llega a su recta final. Este viernes, en una gala que se retransmitirá en streaming debido a la crisis de la covid, se decidirán las mejores grandes de porcino de capa blanca y en la excelencia de ibérico. Dos exploraciones de la provincia están en esa lucha, la granja Cecilio Villarreal, en Huerta de Rey, y La Lobera, en Aranda. Agroalimentaria Hermanos Chico está detrás de ambas, aunque mientras la segunda es una explotación propia de la compañía, la de Huerta es de integración, es decir, las instalaciones son propiedad de Cecilio Villarreal y Yolanda García, su mujer, pero los animales, los medicamentos y la alimentación los proporciona Hnos. Chico que es también quien se encarga de elaborar la documentación para presentarse a los premios con los datos anuales. 

Cecilio Villarreal, ganadero en régimen de integración (Huerta de Rey): La pasión de Ceci y Yoli

La granja Cecilio Villarreal opta en la categoría de ‘tasa de partos’, como en las nueve ocasiones anteriores en las que ha estado nominada. Cuenta ya con 2 ‘estatuillas’ de Bronce, que sus dueños lucen con orgullo, porque eso significa que sus hembras tienen un alto porcentaje de cubrición, concretamente este año se sitúa en el 93,23%, pero han llegado a veces casi al 100%. Las otras dos categorías en cerdas blancas son ‘nacidos vivos’, y la de ‘destetados toda la vida’. Ceci y Yoli llevan 28 años con la granja integrada, pero ya antes, el padre de él tenía cerdas por cuenta propia en el casco urbano, de Huerta y una nave cebadero de 500 ejemplares con Chico. Con el cambio de normativa hubo que sacar la primera del pueblo, así que la empresa les ofreció poner madres en el cebadero, como así hicieron. Y ahí siguen, día a día en la explotación, que les es muy gratificantes, «aunque tiene que gustar», dice Yoli; también es muy sacrificado porque requiere su presencia todos los días del año. «Sólo descansamos los domingos por la tarde», afirma ella, que lo de irse de vacaciones más de dos días no entra en sus planes. «Eso para la jubilación», añade.

Pero lo cierto es que están muy satisfechos con su trabajo y los resultados de la explotación. Cecilio Villarreal solo tiene madres, con reposiciones cada 3 meses; ellos controlan los celos para luego cubrirlas por inseminación. En cuanto a los lechones, están en la granja hasta el destete, a los 28 días de nacer, momento en el se trasladan al cebadero, con unos 7 kilos. Las cerdas paren hasta 7 veces generalmente, y después van al matadero, también de Chico, porque la empresa es de ciclo cerrado. Actualmente tienen unas 280 madres, entrando en la categoría de 200 a 500 cerdas. Cecilio y Yoli se distribuyen el trabajo en bandas de 21 días; cada semanas toca un trabajo, una cubrir, otra destetar y lavar, otra partos... y así hasta completar todas las labores. Lo cierto es que no tienen un minuto libre, porque la llevan solos, pero afirman que los animales son su pasión.

La Lobera, Agroalimentaria Hermanos Chico (Aranda de Duero): La apuesta por el ibérico

La granja La Lobera apuesta por el ibérico. Ubicada en Aranda de Duero, es propiedad de Agroalimentaria Hermanos Chicos S.L., que cuenta con varios empleados para su mantenimiento, con Vladimir como encargado.

Esta explotación de cerdo ibérico concurre a los premios Porc D´Or en la categoría de ‘longevidad’, explica Marta Chico, veterinaria y miembro de la familia, que lleva 50 años en el mercado de la producción de porcino. La Lobera es una de las dos granjas de madres, aunque la otra es integrada y está en la provincia de Segovia. En la de Aranda tienen 350 cerdas.

Hermanos Chicos apostó por el ibérico en 2016 con el objetivo de diversificar el mercado y tener una cartera más amplia de productos, además del Duroc. En ella producen lechones ibéricos al 50% -la madre es 100% ibérica y el macho es Duroc-, que salen de esas instalaciones después de 28 días de lactancia y con unos 7 kilos de peso. Hasta los 23 kilos están en una granja de transición para acabar después en los cebaderos. Hasta los 10 meses de edad no pueden ser sacrificados. Los lechones se van produciendo en banda de 300 cada tres semanas.  

Una de las características diferenciadoras de La Lobera con otras de ibérico es que se ceban en paja, en vez de rejilla y purín. «Es bienestar para el animal», recalca Marta, que añade que prácticamente el 50% de sus animales comercializan ellos mismos la carne y los jamones. La veterinaria de la empresa explica, por otra parte, que se han marcado el objetivo de llegar a las 2.000 cerdas madres ibéricas y comercializar todo para el propio grupo Agroalimentaria Chico. Bien es verdad, reconoce,  que en estos momentos, debido a la crisis de la covid, está pasando por un momento difícil, por el cierre de la hostelería, que es su principal mercado. «Está flojo, pero apostamos porque esto pasará, saldremos de la pandemia, de la crisis y el jamón se seguirá comiendo».