Asaja-Burgos advirtió hoy que el cierre de la restauración por el estado de alarma provoca importantes pérdidas en los cultivadores de patata de la provincia burgalesa,  que ven cómo resulta imposible dar salida al producto destinado a restaurantes, grandes comedores de colegios, cuarteles, hospitales, etc. Un problema que tal y como recuerdan desde la la asociación agraria se suma al problema de los ganaderos con el lechazo y la falta de mano de obra. 

En este sentido desde la asociación afirman que son muchas las familias afectadas por esta situación, puesto que la patata cultivada en la comarca de Páramos (fundamentalmente el Valle de Valdelucio y la comarca del Tozo) ha dejado de encontrar salida desde el pasado 14 de marzo, y previsiblemente la campaña se da por perdida, “con el grave quebranto económico que conlleva”. Por este motivo, cerca de cuarenta productores de estas zonas reclaman apoyo a los intermediarios para vender en supermercados, frente a la patata que llega de Francia y otras zonas.

Esto corresponde cuantitativamente a 7.500 toneladas de patata de gran calidad sin salida al mercado, que se cultivan en alrededor de 1.500 hectáreas, situación que se puede agravar en breve cuando empiece a llegar la patata nueva del sur de España. Por todo ello desde Asaja piden medidas de apoyo al sector que compensen las importantes pérdidas económicas que ya están sufriendo. 

Además solicitan a los almacenistas solidaridad con el productor local colocando esta patata en las grandes superficies, en detrimento de la patata francesa que en este momento copa el 90 por ciento del mercado.