En el Condado de Treviño van un paso por delante del resto de la provincia ya que desescalan con Álava. Así que mientras este lunes todos los burgaleses se conformaban con poder tomar la primera caña en meses, en el enclave ya están pensando en celebrar bodas. La pandemia ha obligado a posponer al año que viene gran parte de las celebraciones pero en el nuevo escenario, algunos confían en poder darse el sí quiero este verano. «La primera fecha que tenemos que aún no ha cancelado es el 11 de julio», aseguran desde Oula Eventos. 

Su maravilloso emplazamiento les otorga muchas facilidades a la hora de cumplir con las medidas de seguridad pero el protocolo oficial aún genera dudas que habrá que resolver antes de esa fecha. Y es que además de las posibles limitaciones al número de invitados, surgen otros interrogantes. «¿Qué pasa por ejemplo con la barra libre, con el cóctel que se sirve de pie antes de que lleguen los novios o con el baile? ¿Cómo se controla eso?», se preguntan desde los salones ubicados en Las Ventas de Armentia. 

Para cuando en Oula se celebre el primer gran banquete, en el alojamiento rural Aldeas de Teviño esperan haber recibido también a los primeros huéspedes. «De momento no tenemos ninguna reserva pero suponemos que se animará un poco más la cosa el próximo mes», afirma su propietaria, quien tiene claro que este verano «se trabajará casi de un día para otro porque hay mucha incertidumbre. La gente no sabe si podrá tener vacaciones cuando había previsto, la inestabilidad laboral,... todo lo que se reserve será a última hora». 

Mientras espera, se afana en preparar todo para cumplir con las medidas. «Es mucho más trabajo y te obliga hasta a reducir la decoración de las habitaciones, pero queremos dar un servicio de calidad y seguro así que estamos redoblando esfuerzos», señala.