Diario de Burgos

La falta de mascarillas reduce un 92% la ayuda domiciliaria

Adrián del Campo
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El Ayuntamiento de Aranda solo puede garantizar la atención segura de 22 de los 272 usuarios. La cifra subirá en las próximas fechas

Los jardines de Don Diego, uno de los puntos más transitados de Aranda, completamente vacíos por el estado de alarma. - Foto: A. del Campo

La crisis del coronavirus ha tenido unos efectos prácticamente inmediatos en el servicio de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de Aranda. Esta prestación externalizada, es decir, gestionada por una empresa; ha tenido que reducirse un 92% debido a la falta de equipos de protección necesarios para combatir la propagación del COVID-19. De los 272 usuarios que tiene el servicio, actualmente solo se está dando cobertura a 22 personas. Mientras que de las 48 trabajadoras, únicamente cuatro están pudiendo desempeñar su labor. El Ayuntamiento y la concesionaria se han visto obligados a tomar esta decisión ante la falta de mascarillas, batas y guantes.

La concejala de Acción Social, Cristina Valderas, explica que "el problema se debe a que no tienen el material sanitario para la protección de trabajadoras y usuarios, algo fundamental". Sin embargo, en los próximos días la edil espera ir recuperando la operatividad de la ayuda a domicilio. La responsable del área avanza que ya están recibiendo material y con ello lo que van a ir haciendo es "aumentar poco a poco el servicio según van valorando las trabajadoras sociales, según van viendo las necesidades o según van llamando los propios usuarios". En este sentido, la edil destaca que los profesionales del área "cada dos o tres días están en contacto con los usuarios para ver sus necesidades, las demandas, si necesitan aparte teleasistencia, comida a domicilio...".

 Como a tantos y tantos sectores de la sociedad, la propagación del coronavirus pilló de imprevisto a los servicios sociales del Ayuntamiento de Aranda. Ante el primer golpe de la nueva realidad y ante la imposibilidad de garantizar una atención segura a todos los usuarios, el Consistorio se vio obligado a priorizar recursos. "Hubo que reducir el servicio a los casos que valoraron las trabajadoras sociales hablando con cada usuario. Se hizo una llamada a cada persona y se comprobaron sus necesidades, si tenía familiares, si tenía familiares cercanos que pudiesen de alguna forma hacerse cargo en estas circunstancias... Se dejó simplemente la ayuda a domicilio a los casos más extremos de aislamiento. La decisión que se tomó, hablando con expertos, fue una decisión totalmente acertada. No se puede tener a las trabajadoras de casa en casa sin protección, por las trabajadoras y por los usuarios", explica la concejala de Acción Social.

Otros casos que se han dado y de los que habla Cristina Valderas son los de beneficiarios que "ellos mismos dijeron que no querían la atención a domicilio, que querían hacerse cargo los familiares para que no estuviese nadie entrando y saliendo en su domicilio". A día de hoy se está atendiendo las necesidades básicas. "Una persona que necesita que la levanten, que la movilicen, aseo…", mientras que "limpieza y ese tipo de cosas se han eliminado", declara la concejala. La responsable del área, una vez están recibiendo equipos de protección, lanza un mensaje a los ciudadanos. Los anima a comunicar a los servicios sociales, Cruz Roja o Cáritas cualquier "necesidad o carencia que detecten".