Diario de Burgos

Le sale 'barato' asaltar un piso y agredir a un policía

I.E.
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La dueña de una casa en La Ventilla sorprendió al ladrón cuando apalancaba la puerta de su domicilio

La tentativa de robo se produjo en noviembre de 2018 en La Ventilla. - Foto: Luis López Araico

Le va a salir ‘barato’ a un ladrón burgalés haber tratado de asaltar una casa habitada y haber intentado agredir -con un cuchillo- a un agente de la Policía Nacional. El acusado debe dar gracias a la dueña del domicilio de haberle pillado in fraganti porque el robo con fuerza se ha quedado en un delito en grado de tentativa. Total, quince meses de prisión, que se hubieran ido a 4 ó 5 si lo hubiera logrado desvalijar la vivienda. A lo que hay que sumar un año más de cárcel por atentado a la autoridad.

Los hechos se produjeron en el barrio de La Ventilla el 2 de noviembre de 2018, sobre las 22.15 horas. El ratero subió hasta la cuarta planta de un bloque de pisos. Una vez allí, violentó la puerta de entrada de un domicilio con una barra en forma de L "con la evidente intención de obtener beneficio patrimonial", según reza la sentencia. Sin embargo, no lo consiguió porque fue sorprendida por la dueña de la vivienda. Momentos antes había bajado en ascensor al garaje, lugar donde se cruzó "con un individuo con pintas, raro, a quien no conocía". Después, cuando iba a volver a subir, se percató de que el montacargas se hallaba parado en su planta, de modo que tomó las escaleras y ascendió hasta el cuarto. Allí observó al sujeto intentando forzar su casa. Le dijo que qué estaba haciendo y que iba a llamar a la Policía, cosa que hizo. El otro lanzó varios "juramentos y se fue". Pero los efectivos de Comisaría actuaron rápido y con la descripción que les facilitó la mujer -un hombre "gordito y descamisado"- no tardaron en localizarle y arrestarle.

La dotación policial se dirigió hasta el bloque de viviendas. Mientras unos policías hablaban con la mujer, otros dieron una batida por el barrio y observaron a un varón -de las características aportadas por la testigo- que se bajaba de un vehículo. Se dirigieron a él y a las primeras de cambio se dieron cuenta de que no iba a colaborar. Según señala la sentencia, estaba "alterado" y en un momento dado cogió del brazo a uno de los funcionarios, después empezó a "bracear e hizo un movimiento para coger algo de las espalda". Llevaba un cuchillo detrás. No llegó a extraerlo porque lo redujeron a tiempo.

En el registro del coche localizaron más armas blancas y barras en forma de L, como la que había utilizado para forzar la puerta de la casa de la mujer que los sorprendió minutos antes. 

Pese a los testimonios tanto de la víctima del intento de robo como de los agentes de la Comisaría, el acusado no quedó conforme con la sentencia condenatoria del Juzgado de lo Penal 2 de Burgos. Su abogado recurrió el fallo judicial a la Audiencia y ésta lo ha confirmado. Por una parte, su defensa alegó que la condena se debió "a una simple coincidencia de las características físicas de dos personas, el acusado y el verdadero autor de los hechos". Echaba de menos el letrado que la mujer no hubiera hecho un reconocimiento fotográfico del imputado. También argumentó que entre los efectos hallados en el maletero de su cliente no había instrumentos que se parecieran a "barras en forma de ele o de gancho". Sin embargo, el tribunal provincial considera suficientemente probado por las testificales que ese hombre era el ladrón.

Por otra parte, el abogado hizo ver que los "hechos no habían sido tan graves" como para constituir un delito de atentado a la autoridad. La Audiencia estima que sí, porque este tipo penal "no exige de un resultado lesivo", basta con una conducta "resistente y especialmente agresiva frente a los agentes".