Diario de Burgos

"Ojalá que la Catedral sirva un poco para salir de esto"

Noelia Mariscal / ICAL
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Pablo González Cámara, reelegido presidente del Cabildo de la Catedral de Burgos, reflexiona sobre lo que está suponiendo la crisis del coronavirus para la sociedad burgalesa y para los actos de celebración del VIII Centenario del templo

"Ojalá que la Catedral sirva un poco para salir de esto"

El reelegido presidente del Cabildo de la Catedral de Burgos, Pablo González Cámara, reflexiona acerca de lo que está suponiendo la crisis del COVID-19 para la sociedad burgalesa, así como para los actos de celebración del VIII centenario del templo, que tendrá lugar en 2021. «Ojalá saliéramos pronto, pero tampoco se ven las cosas muy claras, ni desde la sanidad ni desde la política», afirma y lamenta los problemas que está generando la pandemia en la celebración de esta conmemoración y en la merma del turismo, aunque se mantiene positivo y asegura que tanto el Año Jubilar, como la celebración de los ochocientos años de la Seo supondrán grandes acontecimientos para la ciudad.

Ha sido reelegido como presidente del Cabildo de la Catedral de Burgos. ¿Cómo asume este cargo y la confianza depositada por los canónigos?
Con una continuidad en lo que yo considero que debe ser la gestión y la coordinación en la Catedral. Aquí el Cabildo es un órgano colegial y la labor del presidente es tratar de coordinar las distintas dimensiones que existen, teniendo siempre prevalencia el culto y la oración, pero no es ajeno a otra serie de actividades como es el turismo, las obras o lo cultural. Hay que seguir en lo que estábamos haciendo, siempre hay cosas en las que mejorar. La experiencia dice que a veces uno falla y tiene cosas que se podían haber hecho mejor, y hay que tratar de superarlas. La postura es de sumar y de ayudar a que las cosas salgan bien.

Junto a usted, como vicepresidente continuará también Juan Álvarez Quevedo. ¿Cómo han sido estos cuatro años de trabajo juntos?
Bastante intensos. El VIII centenario es el acontecimiento más importante para la Catedral en estos cien años. Celebrar 800 años y además desde la perspectiva que se está celebrando, que creo que se están haciendo cosas importantes, no solo para la catedral sino también para la ciudad de Burgos. Creemos que tenemos que estar implicados también en los problemas de la sociedad, y considero que esta celebración es un impulso para toda la ciudad, máxime en una situación de pandemia que parece que está golpeando excesivamente. Ojalá que la Catedral sirva un poco para salir de esta situación.

¿Cuál es el objetivo principal que se marca para este nuevo mandato?
En primer lugar no estorbar, después intentar sumar, solucionar los problemas y las dificultades que haya, y transmitir un poco optimismo, tanto internamente en la catedral como externamente. Si logramos esto, ya es bastante. Luego, que la catedral se conozca como algo que han hecho otros, y que tenemos la obligación de conservar y mejorar, si podemos. Se ha hecho con un fin, de rezar, de alabar a Dios, del culto, pero hay otras dimensiones que no descuidamos tampoco.

Este año ha estado marcado por la pandemia del COVID-19, ¿de qué manera se ha visto afectada la Seo burgalesa?
En todos los aspectos. En lo económico, que no debe ser lo fundamental, pero también es importante porque el turismo este año es un desastre. Apenas viene gente porque está restringida la movilidad, por el miedo que hay en la sociedad y en ese sentido, el mismo culto también. La gente tiene miedo, no caben en las iglesias la gente que normalmente tienen ganas de asistir al culto. En lo cultural, los acontecimientos con aforo reducido. Siempre hay problemas de que no llega a todos a los que querríamos que llegara, y en ese sentido es complicado decir a la gente que no hay más entradas.

¿Cuál ha sido el número de turistas en este 2020? ¿Ha bajado mucho el número?
Creo que andamos entre un 15 ó 20 por ciento. Parece que remontó un poco el mes de agosto pero luego en septiembre volvió a caer en picado. Abrimos para la gente que quiera verlo, pero una Catedral como esta lleva consigo muchos gastos y personal laboral. La situación está influyendo bastante, pero somos optimistas y esperamos salir de esta como hemos entrado, con ganas.

¿Cree que de esta crisis por el COVID la sociedad aprobará en valores o, por el contrario, se están perdiendo a pasos agigantados?
Mi deseo sería que se valoren las cosas que son importantes y que recapacitemos e interioricemos las cosas pero tampoco soy quien para exigir esto en los demás. La situación a cada uno le golpea de una forma y lo único que podemos hacer es aceptarla e intentar ayudar en lo que se puede. Ojalá saliéramos pronto, pero tampoco se ven las cosas muy claras, ni desde la sanidad ni desde la política.

En unos tiempos de crisis institucional, social, moral y ética, ¿qué papel juega o debe jugar la religión católica?
Ojalá jugase un papel importantísimo y en la Iglesia fuéramos capaces de transmitir eso en lo que creemos, y lo hiciéramos con sinceridad y transparencia, no solo de palabra, sino con las obras. En una situación de pandemia la Iglesia tiene mucho que decir y a veces no se valora, pero está con la sociedad, abierta a dar un apoyo a las personas que lo necesitan, y a veces no llegamos donde debiéramos, pero también somos limitados desde todos los puntos de vista. 

Esta situación se ha producido además en plena organización del ochocientos aniversario de la Catedral de Burgos, que tendrá lugar en 2021 ¿considera que esta celebración puede verse perjudicada por la crisis sanitaria?
Sin duda. Desde el punto de vista de participación en los acto. Algún acontecimiento no tiene el esplendor que pudiera hacerse, otros puede ser que no se hagan. Me parece buena la actitud que ha tomado el VIII centenario de, a pesar de los pesares, seguir desarrollando y ejecutando la programación que tenía en principio hecha, y lo está consiguiendo.  Me parece importante seguir adelante y a ver si todo esto nos hace anímicamente salir otra vez a flote. 

Asimismo, se anunció que para julio de 2021 la Catedral contará con unas nuevas puertas de bronce, elaboradas por el artista Antonio López. ¿Cómo va el proyecto y cómo cree que reaccionará la gente?
Están en el proceso, se han presentado a las instancias oportunas el diseño que se quiere realizar. Las puertas a mí me parece que desde el fondo tienen una teología y una filosofía muy buena. Son unas puertas en las que se está queriendo reflejar la historia de salvación en la que cree la Iglesia católica. En una puerta principal de la catedral está un Dios que recibe a la gente, está protagonista la Virgen, con Cristo, un niño, mirando y plantando el árbol que es la Iglesia. Me parece fundamental. Y si todo ello está impregnando la muralla de la ciudad, las casas y la sociedad, me parece importante esa llamada a ser recibido eso en lo que creemos la religión católica. Creo que también es una llamada a la esperanza. Con respecto a cómo pueda reaccionar la gente, nosotros decimos «tot quot, tantas cabezas, tantas opiniones». No puedo meterme en la libertad de cada uno para verlo. Creo que es un avance, es la incorporación de algo que puede ser importante para la catedral y esperemos que sea una realidad y sea bienvenido, pero respetamos a quienes no estén de acuerdo. 

Recientemente, Fidel Herráez dejó su cargo como arzobispo de Burgos, ¿cuál ha sido la reacción del Cabildo con el cambio de arzobispo?
Dejarnos huérfanos, además en medio del VIII Centenario, porque si hay alguien que se ha implicado de lleno y lo ha sostenido, es el obispo. Siempre tuve la esperanza de que iba a estar hasta que acabara el octavo centenario. Personalmente siento mucho que no esté como obispo para la celebración, pero hay que aceptar y acatar las cosas. Se ha implicado de lleno en la catedral y el VIII centenario y en eso el Cabildo está orgulloso.

¿Con qué se queda de Fidel Herráez? ¿Y qué espera de monseñor Mario Iceta?
Su cercanía, su actividad, su dinamismo, el estar en 50 sitios, le falta tiempo; y su sencillez y cercanía. Además se le ve que disfruta haciendo las cosas y habla con pasión, y eso es de agradecer. De Mario Iceta espero lo que es un obispo dentro de la Iglesia. La animación, la novedad que supone. Ser obispo es un punto de arranque y después que sea un buen pastor, que es lo principal y fundamental en una diócesis. El currículum que tiene nos deja a todos pasmados. Es un hombre muy preparado, buena persona y viene con ganas e ilusión. Seguro que va a dejar también su impronta en la diócesis.

En octubre se prevé que finalicen los trabajos restauración Trasaltar, ¿cómo avanza este proyecto?
Está prácticamente ya. El 26 se inaugura. Está acabándose también la limpieza del retablo, se ha acabado la limpieza del coro. Más o menos con estas obras estamos un poco culminando la restauración de la Catedral. Era la finalidad que teníamos de cara al 2021, presentar la catedral lo más remozada que pudiéramos, y creo que lo estamos consiguiendo. El Trasaltar ha sido una obra muy bien llevada. Era una herida pasar constantemente por ahí y ver que se iban desprendiendo piedrecillas de los grandes relieves de Bigarny. 

Además la Fundación VIII Centenario limpiará el retablo Mayor de la Catedral. ¿En qué consisten estos trabajos y cómo avanzan?
El 20 me parece que quitan andamios. Este Retablo no es restauración, pero con todas las obras de la Catedral ha ido acumulando mucho polvo y suciedad, por lo que se pensó que un retablo como este, que es de una categoría excepcional, merecía la pena limpiarlo. 

Finalmente, ¿qué supondrá el Año Jubilar para la catedral?
El acontecimiento más importante del siglo XXI, como ocurriría con el sexto y el séptimo, pero en el tiempo en el que estamos se celebran con más intensidad estas cosas. Ojalá sea un despertar en la fe, valorar lo que tenemos, agradecer lo que se ha hecho en la Seo, y ojalá que toda la sociedad burgalesa y diocesana esté orgullosa de su Catedral. Para ello ojalá nosotros acertemos en la gestión y el ofrecimiento que tenemos que hacer de la misma y lo consideren un poco el emblema de toda la ciudad y no solo de los curas o de la Diócesis. No se entendería Burgos sin la Catedral pero tampoco la Catedral sin Burgos.