La incertidumbre sobre lo que pasará a partir del 9 de mayo, cuando decae el estado de alarma, está frenando la entrada de reservas en los hoteles de la capital para este mes. Sin embargo, la patronal del sector reconoce haber notado una «tímida» reactivación de las mismas para junio y julio, si bien la califica aún de «anecdótica y simbólica» conformándose con que, finalmente, se pueda alcanzar la ocupación del año pasado en verano, a pesar de que esta se sitúo en torno a un 30% menos que en 2019.

Tras una Semana Santa que los empresarios no dudaron en tildar de «nefasta» y un puente de la Comunidad que pasó de largo, dado que el turismo dentro de la regional es muy residual, el vicepresidente de la Federación de Hostelería y presidente de los hoteleros, Luis Mata, afirma que el colectivo mantiene cierta esperanza para los próximos meses, sobre todo porque, entre algunas de las llamadas que han recibido, se encuentran las de visitantes extranjeros, principalmente de ciudadanos franceses seguidos de ingleses y alemanes.

«Son visitantes que van de paso hacia las zonas de costa o peregrinos y dependemos en buena parte de ese turismo», subraya Mata, enmarcando principalmente en julio el movimiento de este colectivo. Explica que, en su conjunto, ese leve incremento de la actividad resulta «incuantificable» puesto que «en lugar de una reserva llegan dos o tres», lo que hace que «en cualquiera de los casos la afluencia queda muy lejos de la rentabilidad».

Esa pequeña confianza que mantiene el sector de cara a un incremento de la ocupación contrasta con la incertidumbre que vive por las muchas preguntas que se ciernen respecto a la situación que se vivirá a partir de ese 9 de mayo (...).

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