Por si la pandemia no estuviese causando suficiente agravio a los hosteleros, algunos incluso tienen que hacer frente a robos con fuerza en sus locales. Un vecino que paseaba ayer a eso de las seis de la mañana por la calle Crucero de San Julián observó que la puerta de vidrio del Mesón El Churrasco estaba completamente destrozada. Entre los miles de cristales esparcidos por la acera, dos piedras de gran tamaño daban la pista definitiva de lo que minutos antes había pasado allí. Dos hombres asaltaron el establecimiento y se fueron directamente a por las máquinas tragaperras. Se llevaron su recaudación. No mucha. Algo bueno tendría que tener estar cerrado durante más de un mes.

Todo fue, según pudo observar el dueño en las grabaciones de las cámaras de vigilancia, en apenas segundos. A eso de las cinco y media de la mañana, dos tipos, que describe como «sorprendentemente jóvenes», la emprendieron a golpes contra el cristal de la entrada. Utilizaron para destrozarlo dos pedruscos que más bien parecían rocas y que se habían desprendido de la entrada de un garaje cercano. Tras reventar el primer escollo, se fueron directos a por las tragaperras. 

Para abrir las máquinas utilizaron algo más ‘sofisticado’: una maza. Martillearon con fuerza uno de los laterales, suficiente para quebrar la puerta y hacerse con todo lo que había en el interior. «No creo que se llevasen mucho. La he tenido apagada bastante tiempo porque no pueden entrar los clientes. Pero ya es una faena que te tengan toda la mañana pendiente de arreglar la entrada y estos chismes», lamentaba el propietario del negocio. 

A pesar de que las cámaras lo grabaron todo, no pudo reconocer a ninguno de los dos ladrones, pues ambos iban encapuchados. «Nadie entra a robar en un bar en plena noche a cara descubierta», observaba aún apesadumbrado. La Policía Nacional se encargará de seguir el rastro de los asaltantes y esclarecer el suceso. 

Es la segunda vez en menos de un año que cometen un acto similar en este mesón del Crucero. Hace once meses, concretamente el día antes de que se declarase el primer estado de alarma y también de madrugada, otros dos sujetos trataron de entrar en el local utilizando una alcantarilla para reventar la puerta. Lograron acceder pero, recuerda el dueño, no se llevaron nada. En esa época se produjeron varios robos similares en bares y restaurantes en toda la ciudad. La Policía terminó identificando y deteniendo a los autores.