Diario de Burgos

A través del objetivo en el nuevo centro KBr

EFE
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La Fundación Mapfre abre en Barcelona un espacio dedicado a la fotografía con las muestras de Will Brandt y Paul Strand, dos grandes figuras de este arte en el siglo XX

A través del objetivo en el nuevo centro KBr

KBr, el nuevo espacio de la Fundación Mapfre en Barcelona centrado en la fotografía, inicia su andadura por todo lo alto con dos exposiciones dedicadas a Will Brandt y Paul Strand, dos de los grandes renovadores de la fotografía artística en el siglo XX.

KBr es el símbolo químico del bromuro de potasio, una sal que se utiliza en el proceso de revelado de la fotografía analógica, y da nombre a esta nueva sede de la fundación en Barcelona, situada en la Torre Mapfre junto al puerto olímpico, que dispone de 1.400 metros cuadrados  con varias salas de exposiciones y usos múltiples.

El conservador jefe de fotografía de la Fundación, Carlos Gollonet, comentó ayer que «hay ciertos paralelismos en la obra de Brandt y Strand, fundamentalmente por lo que su obra significó de revolución de la nueva manera de ver la fotografía en el siglo XX».

Sin embargo, Gollonet matizó que «salvo en algunos paisajes, en los que sí hay ciertas concordancias, la obra de uno y otro no tienen mucho que ver, pues el origen de Strand está en la abstracción y las vanguardias, mientras que en el caso de Brandt se encuentra en el surrealismo y en la teoría del psicoanálisis. Esas dos líneas que inauguran ambos en el principio de su obra serán una constante a lo largo de toda su carrera».

En la sala más extensa de KBr se ha situado la primera retrospectiva que se realiza en España sobre Bill Brandt (Hamburgo, 1904-Londres, 1983), considerado uno de los fotógrafos británicos más influyentes del siglo XX.

La muestra, comisariada por Ramón Esparza, reúne 186 fotografías positivadas por el propio Brandt, que a lo largo de casi cinco décadas abordó los principales géneros de la disciplina fotográfica: reportaje social, retrato, desnudo y paisaje.

El recorrido, dividido en seis secciones, trata de mostrar cómo todos estos aspectos -en los que la identidad y el concepto de lo siniestro se convierten en protagonistas- confluyen en la obra de este ecléctico artista que fue considerado, ante todo, un flâneur, un paseante en términos similares a los que lo fue su admirado Eugène Atget, a quien siempre consideró uno de sus maestros.

Las 186 fotografías exhibidas se complementan con escritos, algunas de sus cámaras de fotos, entre ellas una Rolleiflex y una cámara de fotos de madera de las que utilizaba la policía y que Brandt adquirió en los años 50, así como documentación, entre la que destaca una entrevista que ofreció al final de su vida a la BBC en 1983.

 

Medio para ver el mundo

Con la segunda exposición, comisariada por Juan Naranjo, la Fundación inicia un programa de exposiciones en torno a los fondos de su propia colección, en este caso de fotos de Paul Strand, que representa el conjunto más amplio de piezas de este fotógrafo que se conserva fuera de Estados Unidos.

A lo largo de su larga trayectoria, Paul Strand (1890-1976) desempeñó un papel fundamental en la dignificación de la fotografía como una disciplina equiparable a otras expresiones artísticas y como un medio a través del cual ver el mundo y comprender nuestro lugar en él.

La exposición, compuesta por 110 imágenes, permite recorrer la trayectoria de uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, «imprescindible para comprender el nacimiento y la evolución de la fotografía moderna», dijo Naranjo.

Más fotos:


En el recorrido expositivo se muestran sus geometrías, los paisajes, los retratos de personas anónimas y de diferentes países, que nacen de la manera de trabajar del artista y de su modo de comprender el mundo.