El colegio de Milagros ha podido continuar sus clases, sin tener que suspender ninguna, a pesar de que en la pasada noche del martes al miércoles el viento levantara la parte central del tejado del centro escolar. Los primeros en ver el desastre provocado por las fuertes rachas de viento fueron los docentes de las instalaciones educativas. A primera hora de la mañana de este miércoles, los maestros se encontraban con la chapa del techo desplomada. Varios metros del metal que se habían desprendido para terminar tocando el suelo y obstruyendo la salida principal al patio, pero sin interferir en otros accesos al colegio rural agrupado Valle del Riaza.

El alcalde de Milagros, Pedro Luis Miguel Gil, cuenta que él pasó a primera hora de la mañana del miércoles por la zona de las escuelas, pero como todavía era de noche, no observó nada. Al poco, recibió el aviso de los profesores, que le alertaban del incidente. En ese mismo momento informó a la Dirección Provincial de Educación y rápidamente enviaron a dos técnicos para que evaluaran los desperfectos.

El llamativo suceso no ha obligado a suspender ninguna clase, como informa el regidor, que explica que los desperfectos son exteriores y solo un aula sufre goteras por el levantamiento de la cubierta, pudiéndose desarrollar todas las clases en otros espacios. De hecho, ayer el CRA Valle del Riaza ya había vuelto a la normalidad después de que el mismo miércoles se retirara la chapa que cayó al césped. Se actuó lo más rápido posible porque "la principal preocupación era la seguridad de alumnos y docentes", incide el alcalde.

Con una parte del techo sin el aislamiento más exterior, en el colegio están a la espera de que se recubra el edificio. Pedro Luis Miguel reconoce que todavía no tienen fecha de cuándo se acometerán las obras, ya que ahora están pendientes del peritaje para que el seguro se haga cargo de una reforma que, según el regidor, dependerá de la Dirección Provincial.

El incidente sorprendió a todos los que habitualmente pasan por el CRA Valle del Riaza, pues se trata de un edificio de nueva construcción con once años de vida. Sin embargo, el alcalde apunta que el tejado, que es de chapa y no de hormigón, no estaba bien anclado y por eso las fuertes rachas de viento lo levantaron, con la suerte de que todo ocurriera cuando el colegio estaba vacío y no hubo que lamentar ningún daño humano.