Diario de Burgos

«No vivo con miedo, pero sí con precaución»

A.G.
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Los pacientes con insuficiencia renal como Carmen Adrián son población de riesgo

Carmen Adrián, en la sede de Alcer. - Foto: Alberto Rodrigo

En Alcer, la asociación que aglutina a pacientes con patologías de riñón, hace muchos años que existe un grupo de ayuda mutua en el que sus participantes encuentran consejo y empatía. El objetivo de esta actividad, según explica la trabajadora social Laura Ruiz, que lo dinamiza junto con una enfermera voluntaria y las nutricionistas de la entidad, es que las personas afectadas de insuficiencia renal compartan información, experiencias y apoyo emocional que les ayude en la gestión de la enfermedad «con el objetivo de mejorar su calidad de vida y aclarar las dudas o miedos que puedan tener y, así, afrontarlos entre todos».

En estos días -la pandemia obliga- esta actividad ha reducido a la mitad su aforo pero se sigue celebrando para escuchar las voces de los enfermos en diferentes situaciones: prediálisis, diálisis peritoneal o trasplantados como Carmen Adrián, una de las personas que más años lleva en esta situación en la provincia de Burgos, casi 35. «Como soy paciente de riesgo y además del problema del riñón me dio un infarto hace unos años, cuando estuvimos confinados no pisé la calle, todo me lo hicieron las vecinas», explica. Ahora no vive con miedo la situación sanitaria «pero sí con precaución porque cada vez se oyen más casos aunque hago una vida normal, salgo a dar una paseo o a ir a la peluquería».

Carmen tiene mucha experiencia en gestionar su enfermedad porque la padece desde los 22 años. El primer trasplante le duró cerca de dos años, tras los cuales volvió a diálisis 26 meses y se sometió a una segunda intervención para recibir un riñón que aún le dura: «En el grupo contamos nuestras experiencias y ayudamos a la gente nueva que llega a la que le decimos que ahora las cosas no son tan difíciles como antes, que no sabíamos nada de la insuficiencia renal y llegábamos con los ojos vendados. Ahora todo es mejor, también las máquinas y la medicación, todo ha avanzado mucho. Aunque a pesar de estas mejoras la diálisis sigue siendo muy dura y es normal que tengan ansiedad, por eso les aconsejamos que tengan paciencia y les decimos que algunos tardan en trasplantarse seis meses nada más, que sean optimistas».