Ningún gestor (ni por supuesto, profesional de hospital o centro de salud) quiere imaginarse la tormenta perfecta que a partir de ahora podría organizarse si la temporada de gripe viene complicada. En un sistema ya agonizando tras meses de muchísimo trabajo y con las cifras de contagios por la covid-19 en ascenso, vacunar de una manera masiva a la población contra esta enfermedad estacional es la medida que puede frenar una temporada otoño-invierno complicada y el objetivo que se ha propuesto la Junta de Castilla y León. Aunque aún no hay datos concretos, en Burgos las dosis disponibles para la población van a acercarse a las 100.000, teniendo en cuenta que se van a incrementar sustancialmente con respecto a la temporada anterior, que el año pasado ya superaron las 83.000 y que en toda la comunidad autónoma se va a llegar casi al millón de dosis (620.000 adquiridas por la propia Junta de Castilla y León y alrededor  de 350.000 que serán enviadas desde el Ministerio de Sanidad) que se repartirán entre las provincias de forma proporcional a la población.

De las 83.000 dosis que se adquirieron el año pasado para toda la provincia de Burgos, 58.000 fueron, según indicó el jefe del servicio territorial de Sanidad, José Antonio Miranda, ‘trivalentes adyuvadas’ para mayores de 65 años y 25.000 ‘tetravalentes’ para menores de esa edad: «Ahora mismo se desconoce qué tipo de gripe nos espera para esta temporada, aunque se ha mejorado el espectro de la vacuna al tener tetravalente para todos los grupos diana», explicó.

La diferencia entre ambas radica en el número de cepas de virus que se incluyen en ellas, como explica el epidemiólogo y experto en salud pública José Cordero: «La vacuna trivalente frente a la gripe contiene cada año tres cepas: dos de tipo A y uno de tipo B, que son los causantes de las epidemias estacionales, y la tetravalente, cuatro, dos de cada tipo. Dado que es difícil saber con antelación a qué linaje pertenecen las cepas B que van a circular durante la temporada, la vacuna tetravalente permite aumentar el nivel de protección y ha demostrado en los estudios ser igual de segura que la trivalente». El médico añade que cuando se habla de una vacuna ‘adyuvada’ se hace referencia a que incluye una sustancia que acelera, prolonga o aumenta la respuesta inmune específica. 

La mayor eficacia de esta medica profiláctica, añadió Miranda, dependerá de que el virus que circule cuando aparezca la onda epidémica tenga concordancia  con los que tenga incorporados la vacuna adquirida. Para ello, como recuerda José Cordero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reúne dos veces al año a un comité de expertos que examinan toda la información acumulada por los sistemas de vigilancia microbiológica y epidemiológica sobre la gripe. El análisis de esta información se llevó a cabo este año entre el 24 y el 27 de febrero y la decisión final sobre la composición de las vacunas antigripales se tomó el 28 de ese mismo mes. 

Más importante que nunca. Ambos expertos coinciden que este año es más importante que nunca vacunarse. José Antonio Miranda hace referencia a que el objetivo es «no sumar los dos impactos conjuntamente en el sistema sanitario», el de la gripe y el del coronavirus, y Cordero añade que aunque cuando la covid-19 comenzó a golpear con fuerza en los países europeos la temporada de gripe estaba ya en claro retroceso, «es probable que no tengamos tanta fortuna ahora y se espera que los sistemas se vean sobrepasados por mucho a lo que habitualmente lo hacen las temporadas gripales».

Esta previsión, añade, tiene que ver con tres motivos. Por un lado, que la transmisión interhumana del SARS-CoV-2 es más ‘fácil’ comparada con la de la gripe; que una alta proporción de la población permanece susceptible y que la letalidad de la covid-19 es mucho mayor que la de la gripe: «Hay trabajos en los que se estima que en  Estados Unidos los fallecimientos por el virus pandémico fueron hasta 44 veces mayores a los registrados en los picos de máxima incidencia de las últimas siete temporadas de gripe».

A su juicio, es «crítica» la importancia de la vacunación en los grupos de riesgo para reducir la posibilidad de coinfecciones, los dilemas diagnósticos y el manejo inapropiado de la terapia antivírica y el control de la infección: «La gripe y la covid-19 pueden tener síntomas similares y se ha llegado a registrar un curso más grave cuando ambas coexisten. Pero, además, las dos comparten los mismos grupos de riesgo y pueden ser muy graves en ancianos, personas con comorbilidades (otras enfermedades), obesidad y residentes en centros geriátricos».

La temporada 2019-2020 de la gripe en Burgos se ha saldado con 4.510 casos y 156 hospitalizaciones en el Hospital Universitario de Burgos, menos que en años anteriores ya que en la temporada 17/18 hubo 346 ingresos y en la 18/19, 295.

El objetivo de la Junta es dar la mayor cobertura posible a la población ‘diana’ y mejorar las tasa de vacunación del personal sanitario y sociosanitario. ¿Quiénes componen la población diana? Personas de 65 años y más y menores de esa edad inmunodeprimidas o con alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe por enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias. Dentro del grupo de las personas mayores se hará un especial énfasis en aquellas que conviven en instituciones cerradas.