Durante un periodo de algo más de dos meses, entre el pasado 16 de marzo y finales de mayo, estacionar en la capital burgalesa en la zona azul fue gratuito. Así se estableció en un decreto firmado por el alcalde que no fue cumplido a rajatabla por la empresa que gestiona el servicio (Eysa) ya que los parquímetros siguieron admitiendo dinero y expidiendo el resguardo durante esas semanas. En la Concejalía de Ingeniería Industrial no tuvieron conocimiento de ello hasta que este periódico dio cuenta de la denuncia de un ciudadano y fue entonces cuando se pidieron explicaciones.

El alcalde, Daniel de la Rosa, pidió disculpas por no haber inhabilitado los parquímetros y la empresa informaba al área de que en ese periodo de tiempo había recaudado 3.900 euros que nunca deberían de haberse ingresado. Para ser exactos, 674 euros se correspondían con la última quincena de marzo, 730 con abril y 2.500 con mayo.

Se informó entonces de que el Ayuntamiento devolvería el dinero a aquellos usuarios despistados o desconocedores de la gratuidad que demostraran que habían pagado la zona azul entre el 16 de marzo y el 24 de mayo.

Ya sea porque no han querido dedicar tiempo a esa reclamación, porque no han conservado el resguardo o por cualquier otra razón, lo cierto, según relata el edil de Ingeniería Industrial, Adolfo Díez, es que solo ha habido una persona que ha pedido la devolución del dinero.

Díez detalla que el dinero que se ingresó indebidamente y que no se ha devuelto se ha sumado al resto de la recaudación que el Ayuntamiento recibe por la zona azul. Un servicio que todos los años arroja un saldo positivo para el Consistorio y que este año, debido a la situación excepcional que se ha generado durante la pandemia, podría arrojar pérdidas.

Lo que sí hizo la empresa durante los meses que la ORA fue gratuita fue anular la aplicación para móviles para evitar, en este caso sí, que los ciudadanos pagaran.