Diario de Burgos

El voto de Alcalde y Ortega permite aprobar las subvenciones

Adrián del Campo
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Los dos concejales se abstienen, al margen de su grupo municipal, el socialista, que rechazó las ayudas por las formas del equipo de Gobierno, al que acusaron de mentir en dicho punto

Sergio Ortega (a la izquierda) y Mar Alcalde (a la derecha) se sentaron en el lugar del público y separados de su grupo. - Foto: A. del Campo

Los focos apuntaban a Vox. Parecía que de encontrar apoyo para aprobar las subvenciones nominativas y las modificaciones de crédito necesarias para financiarlas, el equipo de Gobierno lo volvería a hacer en los dos concejales del partido de Abascal, pero no fue así. La sorpresa saltó cuando Sergio Ortega, que ya lo había hecho en otras ocasiones, y sobre todo Mar Alcalde no votaron con su grupo municipal, el socialista. Ambos ediles rompieron la disciplina de partido y se abstuvieron en los puntos citados, el de las subvenciones propiamente dichas y el de la modificación presupuestaria para su dotación.

Las abstenciones de los dos ediles no fueron una nimiedad, sino que decantaron ambas votaciones. La primera, la económica, salió adelante con ocho votos a favor (PP -no estaba Emilio Berzosa- y Cs), cuatro abstenciones (Vox y los dos votos de Ortega y Alcalde) y siete votos en contra (PSOE y Podemos -IU no tuvo representante en este pleno al oficializarse la renuncia de Gete-). La segunda, la de las subvenciones nominativas, fue ratificada por el voto de calidad de la alcaldesa después de sumar siete apoyos (PP y Cs -aquí se ausentó Fernando Chico al ser presidente de un club deportivo-), las cuatro abstenciones y las siete oposiciones del anterior punto.

Con los números en la mesa, el voto libre o independiente tanto de Mar Alcalde como de Sergio Ortega se antojó fundamental para que el equipo de Gobierno lograra sacar adelante las subvenciones nominativas que se dan asociaciones culturales, clubes deportivos y demás colectivos de la ciudad. A lo largo del pleno nadie hizo alusión a la división que estaba sufriendo el PSOE y que le privó de haber frenado la propuesta de PP y Cs. La fractura se palpó desde el primer momento, desde que Alcalde y Ortega decidieron no sentarse junto a su compañeros socialistas y hacerlo en los asientos del público. Podría parecer que era para respetar la distancia de seguridad, pero llamó la atención que fueran los únicos ediles que no ocuparan su lugar habitual en la bancada.

Al margen de la crisis interna que parece no haberse cerrado en el PSOE de Aranda, el pleno celebrado ayer, el primero presencial tras la cuarentena, discurrió con normalidad, al menos si se obvia que todos los concejales y los presentes estaban con mascarilla, algo que incomodaba especialmente a la alcaldesa, que pidió celeridad en las intervenciones para no tener que soportar mucho tiempo la incomodidad que le produce el indeseado complemento. Una vez entrados en materia, el PSOE y Podemos dejaron claro que ellos no están en contra de las subvenciones nominativas. De hecho afirmaron que estarían dispuestos a ampliarlas tras una revisión. Sin embargo, votaron en contra por "las formas" del equipo de Gobierno.

Podemos criticó que PP y Ciudadanos les llevaran una propuesta cerrada y conjunta en la que se acumulaban multitud de partidas que ascienden hasta los 731.000 euros, de los que 450.000 son para subvenciones nominativas y el resto para otras inversiones como actuaciones en el Picón, en la nueva comisaría, en el bus urbano... La formación morada defendía una división de las partidas por concejalías.

Por su parte, el portavoz de los socialistas, Ildefonso Sanz, acusó al equipo de Gobierno de haber "mentido" durante la aprobación de los presupuestos de 2019, cuando el PP dijo que sin unas cuentas nuevas "las subvenciones peligraban". Sanz recordó que ellos siempre dijeron que eso era falso y "hoy (por ayer) se demuestra que era mentira", aseveraba el edil valiéndose de que este año las subvenciones se han aprobado con presupuestos prorrogados. La concejala de Hacienda, Elia Salinero explicó que 2020 no es comparable a 2019 porque la pandemia ha obligado a cancelar una serie de gastos (en fiestas, ferias...) que ahora se pueden destinar a otras partidas como las ayudas a las asociaciones y clubes de la ciudad.