Hacía mucho tiempo que el Real Madrid no generaba tantas dudas como en el último mes. La máquina perfectamente engrasada por Pablo Laso y que ha llevado a los blancos a ser uno de los dominadores del baloncesto europeo en los últimos tiempos no desprende tan buenas sensaciones como antaño. La salida de Facundo Campazzo rumbo a la NBA, las lesiones y las derrotas han golpeado la línea de flotación merengue. Con ese panorama de fondo, el San Pablo buscará dar la campanada este sábado (20.45 horas) en la reanudación de la Liga Endesa.
Pese a todos los contratiempos, el Real Madrid es el Real Madrid y ganarle un partido en la ACB es una sorpresa mayúscula. Lo dicen los números. Ha vencido en 20 de los 21 duelos ligueros disputados hasta el momento. Solo cedió contra el Barcelona, su verdugo también en el la final de la Copa del Rey.
Precisamente, la imagen ofrecida por los blancos en ese último duelo copero desató las alarmas al verse netamente inferior a su gran rival. A esa derrota, se le unen cuatro tropiezos en los últimos cinco envites de Euroliga, tres de ellos frente a equipos españoles. Aun así, sigue metido en la pelea por el play off y, en la liga, es el líder en solitario.
Sin embargo, más que su situación clasificatoria, son las sensaciones las que preocupan. Ni Nico Laprovittola ni Carlos Alocén han conseguido hacer olvidar a Campazzo y el equipo lo acusa en la dirección. Su talento es indiscutible, pero les falta la regularidad y la madurez que sí tenía el argentino.
A esa ausencia, hay que sumar la baja de larga duración de Anthony Randolph, suplida por un Alex Tyus que llegó a mitad de temporada procedente del Galatasaray y que no está dando el rendimiento esperado. Además, el Real Madrid ha notado la ausencia de Jeffery Taylor, un especialista defensivo, y tendrá que aprender a vivir sin Rudy Fernández, que estará fuera varias semanas por una dolencia en la zona lumbar.
Ante este panorama, la dependencia de Eddy Tavares cada vez es mayor y el gigante caboverdiano, al igual que otros de sus compañeros, está acumulando muchos minutos de juego al alternar la competición doméstica con la europea. Mañana recibirán al Zalgiris de Kaunas y, 48 horas después, se medirán al San Pablo. Pese a todo, el favoritismo es merengue tanto en un partido como en otro.
Una victoria, seis derrotas. El conjunto burgalés continúa preparando el choque con la intención de emular la hazaña de la Fase Final Extraordinaria de Valencia, primera y única vez que ha sido capaz de ganar a los madrileños en su historia. En los otros seis compromisos oficiales, incluido el de la presente temporada, salió derrotado. En principio, Joan Peñarroya tendrá a todos sus hombres disponibles a excepción Alex Renfroe, que continúa recuperándose de su esguince de rodilla.