Diario de Burgos

El HUBU atiende a 500 pacientes con ansiedad por la covid

A.G.
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El grupo covid que creó Psiquiatría del hospital en marzo ha atendido ya a más de medio millar de personas -70 de ellas, sanitarias del propio hospital- por trastornos emocionales vinculados a la enfermedad infecciosa

Aumento de los casos de ansiedad y depresión por la covid - Foto: Luis López Araico

Apenas 48 horas después de que se decretara el estado de alarma -el próximo 14 de marzo se cumplirá un año- y ante el estado de ocupación del Hospital Universitario de Burgos y la previsión del enorme problema sanitario y social que se venía encima, el servicio de Psiquiatría de este mismo centro sanitario puso en marcha un equipo covid para la atención emocional tanto de profesionales como de pacientes y de sus familias. Un grupo de doce psicólogos clínicos (incluso se contrató a una que acababa de terminar la residencia para abarcar toda la demanda)fueron los encargados de atender a las primeras personas noqueadas por la covid-19, una enfermedad entonces absolutamente desconocida: Pacientes que ingresaban en el hospital y no podían ver a sus familias, sanitarios asustados porque no tenían todos los equipos necesarios para protegerse de un virus cuyo alcance no conocían y que hacían muchas más horas de las que les correspondían, personas que habían dejado a su padre o a su madre en Urgencias y ya no lo habían vuelto a ver porque había fallecido... La casuística se multiplicó aunque, en principio, la demanda de atención psicológica no fue la prevista. En julio apenas 40 profesionales, 55 pacientes y 125 familias la habían pedido.

Estas cifras fueron analizadas por el psicólogo Jesús Sánchez, coordinador del grupo covid, como una buena noticia que demostraba, en el caso de los sanitarios, que  contaban «con capacidades, recursos y aptitudes para  seguir adelante cuando llegan mal dadas» pero este experto también vaticinó lo que ha terminado ocurriendo y pedía no se bajara la guardia: «Consideramos que sigue siendo necesaria la atención psicológica por lo que pueda venir, es decir, que haya personas que acusen los síntomas más tarde y, sobre todo, pensando en un posible rebrote de la enfermedad. Nosotros seguimos dispuestos a atender cualquier demanda que se produzca porque quizás tenga que pasar algo más de tiempo para la demanda psicológica», afirmaba en julio de 2020. Y el tiempo le ha dado la razón.

El jefe del servicio de Psiquiatría, Jesús de la Gándara, explicó que son ya más de 500 personas las que han necesitado del apoyo de este grupo específico por su contacto con la covid-19. De ellas, 70 son profesionales del Hospital Universitario de Burgos, más de 350 son familiares de algún paciente y 72 son enfermos hospitalizados. A estas cifras hay que sumar las consultas que han hecho tanto los médicos de Familia en Atención Primaria como la atención prestada por los equipos de Salud Mental, que aún no están cuantificadas, por no hablar de quienes prefieren buscar apoyo psicológico o psiquiátrico en la medicina privada. En cualquier caso, ya se han hecho más de 3.000 revisiones psiquiátricas y psicológicas a personas realmente tocadas por la enfermedad.

Se trata, según De la Gándara del inicio de lo que puede ser una auténtica «pandemia» de trastornos mentales, fundamentalmente ansiedad y depresión: «Venimos avisando desde hace tiempo de la plaga de enfermedades mentales: Primero fue el virus, luego la economía y finalmente van a ser las patologías psiquiátricas. Esto era una especie de lugar común del que se hablaba en el sentido de que quién más o quién menos estaba ‘tocado de la cabeza’ por esta situación tan anómala que nos ha tocado vivir, pero es que no lo habíamos percibido como un problema sanitario. Hasta ahora. Cuando ves, a medida que pasa el tiempo, que todos los días entran diez o doce personas nuevas en consulta y que tienes quince revisiones y vas viendo gente que te dice que no puede más, te das cuenta de que ya está aquí. Incluso he visto a compañeros médicos a los que yo considero fuertes y que no pensaba que se fueran a deprimir que están completamente rotos. Hay mucha gente al límite, cansada y que necesita ayuda para dormir».

 

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