Los más de trescientos aficionados, que han conseguido entrada para el encuentro de esta tarde, ya han iniciado el viaje a Pamplona. Quieren ser testigos y ayudar al Burgos a conseguir su quinta victoria consecutiva. La ilusión y la confianza reina en la expedición castellana. La misma ilusión y confianza que en la plantilla de José María Salmerón.

El Burgos en su mejor momento afronta un complicado reto en Tajonar (16,30 h.), donde le espera un Osasuna B que concentra todo su poderío en los partidos como local -ha logrado 30 de los 39 puntos con los que cuenta en su feudo-. El objetivo es alimentar la fe, mantener la ilusión en una masa social que ha comenzado a soñar con el play off. Desde el vestuario se advierte de que la meta es complicada, aunque también se admite que ya no es una utopía.
La escuadra blanquinegra ha recuperado la sonrisa y en solo un mes ha pasado de estar al borde del precipicio -afrontó el choque en Calahorra en la posición de play out- a convertirse en uno de  los perseguidores de la zona noble.

Julio Rico completó ayer la sesión de entrenamiento con normalidad, aunque José María Salmerón reconoció que el andaluz sigue teniendo alguna molestia. Así las cosas, el entrenador blanquinegro decidió convocar a los 19 jugadores disponibles y será en las horas previas del partido cuando tome la decisión definitiva. El entrenador almeriense no quiso descartar a Julio Rico. Se quedan fuera de la lista Miki, por sanción, y Diosbert  Rivero, por lesión.