Diario de Burgos

Clamor en la hostelería contra las aglomeraciones de 20 a 22

G. Arce
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Critica la paradoja de los establecimientos cerrados mientras zonas céntricas como la Flora, las Llanas o Venerables acogen gran cantidad de gente consumiendo en la calle hasta las 10 de la noche

El cierre de los bares y sus terrazas no ha evitado las reuniones multitudinarias de personas en el centro histórico durante este fin de semana. - Foto: Christian Castrillo

Ya se detectó la noche del viernes y ayer sábado ocurrió más de lo mismo. La ampliación del toque de queda a las 10 de la noche mientras la hostelería está obligada a cerrar dos horas antes está provocando grandes aglomeraciones de jóvenes y no tan jóvenes en las zonas céntricas de ocio de la ciudad como la Flora, las Llanas y Venerables, entre otras. Los hosteleros han criticado la paradoja y la contradicción que supone este desfase horario entre el cierre obligado de sus negocios y el toque de queda.

El sector, en boca de la Federación de Hostelería, considera que, visto lo visto este fin de semana, queda claro que hay decisiones de la Junta de Castilla y León que se «contrarrestan y carecen de toda lógica». La orden de cierre de bares y cafeterías «no va en consonancia» con el toque de queda a las 10 de la noche «y son más que manifiestas las masificaciones en las calles en esas dos horas de diferencia».

El presidente de la Federación, Fernando de la Varga, denuncia que el objetivo de las limitaciones a las que se somete a la hostelería -tanto en su interior como en el exterior- son para evitar las aglomeraciones de público. «Nosotros mantenemos las distancias sociales y los rigores sanitarios, algo que el viernes y el sábado ha quedado más que claro que no se cumple en la calle hasta las diez».

Es más, explica De la Varga, este fin de semana han registrado una gran demanda de bebidas y comida para llevar y continuar las relaciones en esos ámbitos «que siempre hemos dicho que son el principal agente contaminador», las reuniones en las calles y en las casas. «El riesgo sanitario no solo no se mantiene sino que aumenta dos horas después de nuestro cierre».
La Federación confía en que el  Consejo de Gobierno de la Junta previsto para mañana lunes valore esta circunstancias dentro de las nuevas medidas que va a adoptar una vez que empieza a remitir la tercera oleada de la pandemia (el martes hay convocada una manifestación). «Lo único que solicitamos es que se nos permita trabajar hasta las diez de la noche y que se nos abra una parte del interior de los negocios y todo ello en aras a mantener la seguridad de los ciudadanos, además de mantener nuestra economía». «Creemos que es la forma que la hostelería puede dar seguridad a esta pandemia».

Urinarios masivos. El cierre de bares y cafeterías también está teniendo daños colaterales, como es el aumento de personas que orinan en la vía pública ante la imposibilidad de hacerlo en los establecimientos donde consumen sus bebidas. Si hace unos días se denunciaba el uso como urinario público del pasaje de La Flora, también están siendo habituales las quejas por la situación que se crea en la plaza de Hortelanos. La noche del pasado viernes, relata un vecino, más de 40 personas -hombres y mujeres- hicieron sus necesidades en este entorno urbano, lo que considera que supone un alto riesgo para la salud pública y unos hechos sancionables.