Doom es sinónimo de acción rápida, intensa y desenfrenada en la que no hay que pensar en nada más que en disparar a todo aquello que se mueva. Para muchos, durante estos días, es una manera de gestionar la tensión que se genera al tener que estar en casa semanas. Doom Eternal ha coincidido con un momento en el que viene muy bien tener un juego que no deja un respiro al jugador 

La serie nació gracias a id Software en los años 90 para cambiar el mundo de los videojuegos siguiendo el camino que inició Wolfenstein 3D. El protagonista era un marine espacial que se veía obligado a defenderse de una invasión de seres terribles. Su alta violencia visual despertó numerosas críticas y poco a poco Doom fue decayendo hasta que en 2016 regresó, nuevamente de manos de id Software y editado por Bethesda, con un juego igual de frenético que en sus inicios. Fiel a su identidad pero adaptándose a los jugadores actuales, Doom volvió a atraer a los jugadores en una época en la que se pide a los juegos que desarrollen una historia e incluso propició varias remasterizaciones de los juegos antiguos. 

Se entiende así que hubiera gran expectación por el lanzamiento de Doom Eternal y el juego no ha decepcionado. Ha salido a la venta en PS4, Xbox One, Stadia y PC y tiene previsto el lanzamiento este mismo año en Switch. En la primera semana se han reunido solo en Steam más de 100.000 jugadores simultáneos, pese a que han cerrado las tiendas para comprar una edición física.

Es un juego de gran brutalidad visual en el que se acaba con los enemigos con distintas armas y ejecutar al rival cuando le queda poca vida sirve para recuperar salud, munición si se usa una motosierra o armadura si se emplea el lanzallamas. Es uno de los títulos en los que más justificada está la clasificación de edad +18. 

Además de avanzar disparando, hay algunas fases con exploración y plataformeo que suponen un respiro entre tanta acción salvaje, y en ellas son muy útiles los nuevos movimientos del protagonista, el slayer, con doble salto y doble impulso lateral. 

Aunque la historia no tiene gran profundidad en la campaña, sí existe un hilo narrativo y diversos personajes irán contando de dónde procede en este caso la invasión demoníaca y hay incluso algunos giros. 

Además de la campaña hay un multijugador asimétrico llamado Battlemode en el que dos jugadores controlan demonios y pueden invocar criaturas y el tercero es el slayer que debe aniquilarlos. 

Puede que Doom sea muy violento, pero las descargas de adrenalina resultado de mantenerse un rato con la tensión al máximo son una válvula de escape para algunas personas, que se liberan así del estrés generado por la inactividad y, eso, también cuenta.