El exitoso modelo de los huertos del ocio del Soto de Don Ponce, ubicados entre La Quinta y Fuente Prior, se quiere replicar en la otra punta de la ciudad. Concretamente, en el barrio de Fuentecillas. La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos, de la mano de la Gerencia de Servicios Sociales, ha decidido ya que el mejor emplazamiento es una parcela municipal de 12.000 metros cuadrados situada en la calle Francisco de Salinas (muy próxima a la glorieta de Juan Gil) que en la actualidad cuenta con un campo de fútbol al que no se le da ningún uso.
El principal problema de este proyecto es que llevarlo a cabo precisaría de un desembolso de alrededor de 220.000 euros y el concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño, reconoce las dificultades que existen para poder disponer de una partida presupuestaria de ese calado. Sin embargo, el plan B del Ejecutivo socialista, que ya el plan A, es desarrollar el proyecto con los profesionales que se incorporen al Ayuntamiento con el Plan de Empleo. Se obtendrán así los recursos humanos que se necesitan, aunque es cierto que la ejecución de los trabajos se demorarían en el tiempo. El deseo es poder arrancar este mismo año, si es posible, aunque se asume que tardará varios ejercicios en hacerse realidad.
Esta fórmula, según relata Temiño, ya que fue la que se escogió para los huertos del ocio del Soto de Ponce (entonces el proyecto tardó cuatro años en germinar). Será necesario vallar la parcela, realizar el movimiento de tierras que facilite el cultivo y la idea es construir también un invernadero y colocar casetas para guardar los utensilios. Cuando esté todo listo se contrataría a una empresa para que se encargue de la gestión y del mantenimiento. «No vamos a cambiar lo que está funcionado», comenta al remarcar que el modelo a seguir es el que ya existe.
Las dimensiones serían muy similares por lo que el planteamiento es crear 90 pequeños huertos de 50 metros cuadrados. La novedad vendría porque no se quiere acotar su uso a las personas mayores. Se reservarían algunos de estos espacios a burgaleses más jóvenes.
Temiño defiende que la iniciativa surge de «la responsabilidad para gestionar un capital natural que es de toda la ciudadanía» y con el objetivo de promocionar «un consumo responsable y solidario que no nos haga perder de vista que el cambio climático amenaza con transformar nuestro entorno más próximo y nuestro medio de vida tal y como lo hacemos hasta ahora». Un proyecto, añade, que «concienciará a los burgaleses en los valores de respeto medioambiental».