Diario de Burgos

La plantilla de la cárcel necesita otros 50 funcionarios

F.L.D.
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Los sindicatos advierten de que la plantilla sigue al 60% y la convocatoria anunciada es insuficiente

Actualmente existe un refuerzo de 30 trabajadores en prácticas. - Foto: Patricia

Los problemas de personal en el Centro Penitenciario de Burgos son notables desde hace ya varios años. Los sindicatos los han hecho constar con sonoras manifestaciones pero, a juzgar por la convocatoria de empleo público anunciada por el Gobierno para las cárceles de toda España, no han servido para lograr el refuerzo de la plantilla. La merma, señalan los trabajadores, es de aproximadamente el 30%, algo que también reconoció la directora, Elena Ramos, hace dos meses. La ayuda de los empleados que actualmente están en prácticas alivia levemente una situación que puede empeorar de no corregirse. Y es que la oposición solo daría reemplazo a las jubilaciones previstas.  

Si nos ajustamos a las cifras a nivel nacional, actualmente existen cerca de 3.000 plazas vacantes, mientras que el Ejecutivo central anunció para este año 1.063 para personal funcionario y laboral. Si nos atenemos a Castilla y León, hacen falta 900, de las cuáles aproximadamente 80 serían necesarias reemplazar en Burgos. Tanto la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) como la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip), recuerdan que el personal de vigilancia interior es el más afectado por la situación. 

«Con lo que han anunciado simplemente se van a reemplazar las jubilaciones programadas para este año y el paso a una segunda actividad. Es insuficiente y la administración lo sabe», señala Valentín Gómez, delegado de Acaip en Burgos. Recuerda que el Gobierno aún tiene que publicar en el Boletín Oficial del Estado la convocatoria y señalar las fechas de los diferentes exámenes. «Con mucha suerte, entrarían a trabajar en agosto o septiembre del año que viene», recalca. 

Según estiman desde este sindicato, actualmente es necesario cubrir unas 50 plazas de funcionario de vigilancia interior, pues la plantilla es de 115 y solo están cubiertas poco más de 60. A eso habría que sumar otras 24 de personal laboral y dos médicos. El apartado sanitario también es uno de los más mermados de la cárcel de Burgos, pues hace más de un año que están vacantes estas plazas. «Tenemos uno de los déficit más importantes de España por la edad media de los trabajadores», apunta Gómez.

Desde hace unas semanas están trabajando en la cárcel burgalesa una treintena de funcionarios en práctica. Gracias a ellos han conseguido que la situación no se desborde, más aún teniendo en cuenta que estamos en época de pandemia. El problema llegará cuando estos empleados partan hacia sus destinos. «Estamos entrando a trabajar menos que los servicios mínimos cuando hay una huelga. Eso da una idea de la magnitud de la situación de déficit en la que nos encontramos», puntualiza el delegado de Acaip. 

Coronavirus. La cárcel de Burgos ha mantenido a la covid-19 alejada durante muchos meses y no se han producido grandes brotes. Hasta mediados del mes de septiembre la dirección no notificó los tres primeros casos, pero el foco se controló con rapidez. Hace diez días dio positivo otro interno y tuvo que ser puesto en cuarentena. Lo mismo ocurrió con varios contactos cercanos a los que, sin embargo, no trasladaron al módulo de aislamiento porque no había espacio suficiente para todos, por lo que guardaron cuarentena en el suyo.