Un buen Barcelona fue demasiado para el San Pablo. Los burgaleses tiraron de casta para tratar de igualar el talento y el físico culé, pero no tuvieron el acierto necesario para apartar del camino a un equipo de ese nivel. Aun así, se mantuvieron en la pelea durante la mayor parte del encuentro y despidieron la temporada luchando hasta la última pelota (98-84).
El conjunto azulgrana salió como un tiro y logró un parcial de 8-0. Los burgaleses reaccionaron y nivelaron la contienda, pero el favorito volvió a apretar hasta lograr una ventaja de 11 puntos. Al San Pablo siempre le tocó ir a remolque, aunque se mantuvo en el partido gracias los puntos de McFadden al final del primer cuarto (23-17). Los hombres de Pesic dinamitaron el choque a la vuelta de la pausa (35-16) y ya nadie se esperaba que el San Pablo volviese. Lo hizo. Lima fue el encargado de levantar al equipo, que siguió peleando hasta el final pese a tener un mal día desde el exterior (43-41).
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Tras el paso por los vestuarios, las pérdidas y Mirotic dispararon al Barça, pero el San Pablo se negó a tirar la toalla. Peleó y tuvo buenos minutos, aunque no logró quitar a los culés el cómodo colchón conseguido (72-58). En el último período, el equipo catalán no dio ninguna opción a su adversario y selló el billete a la final sin sufrir (98-84).