El miedo al coronavirus está controlado cada vez más aspectos de nuestro día a día. Desde el cierre de colegios y universidades a la cancelación de eventos y manifestaciones. Los gobiernos alertan de los peligros de reuniones multitudinarias y las empresas temen la pérdida de cantidades millonarias. Es tal la preocupación por la pandemia que incluso las productoras y distribuidoras cinematográficas han tomado medidas para evitar grandes pérdidas de dinero.

Ha sido la película de James Bond, No time to die, uno de los grandes estrenos de Hollywood del año, el primer filme en atrasar su lanzamiento del 10 de abril al 12 de noviembre. El preestreno de la cinta estaba previsto para el próximo 31 de marzo en Londres, pero, debido a que es uno de los mayores focos de infección europeos, las productoras han decidido finalmente no arriesgar la taquilla y el éxito de la película y esperar para su lanzamiento, tal y como han explicado en un comunicado: "MGM, Universal y los productores de Bond, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli, anunciaron que, después de una cuidadosa consideración y una exhaustiva evaluación del mercado de salas de cine global, el estreno de No Time To Die será pospuesto hasta noviembre de 2020".

Una noticia que, pese a que no deja de sorprender, tiene base en los cierres de salas de cines que se están dando en los grandes focos de infección como China o Italia. En el país asiático más de 70.000 salas permanecen cerradas y se calcula que la industria cinematográfica ya ha perdido hasta 5.000 millones de dólares en todo el mundo debido a la histeria colectiva por el Coronavirus. Además, países como Italia o Corea del Norte han tenido un descenso en taquilla de hasta un 80 por ciento, unas cifras que están afectando negativamente a productoras y franquicias.

Ahora, la mirada está puesta en dos de los grandes estrenos de primavera, ambos bajo la producción de Disney. El estreno de Mulán está previsto para el próximo 27 de marzo, mientras que la esperada película de la Viuda Negra se ha fijado para el 30 de abril. Teniendo en cuenta que la multinacional está cancelando los eventos de promoción de su nueva plataforma, Disney+, y que, pese a continuar con los rodajes de sus series y películas en Europa, lo está haciendo con grandes medidas de seguridad, todo apunta que Disney está barajando la posibilidad de atrasar el estreno de ambas películas, especialmente al ser consideradas dos de los estrenos más importantes y deseados del año. ¿Se arriesgará la multinacional a continuar con el planteamiento inicial o preferirá asegurar las recaudaciones en taquilla y atrasar los estreno?