Las infecciones por SARS-CoV-2 en niños menores de 12 años fueron casi anecdóticas durante la primera oleada de contagios por coronavirus, pero este otoño están ganando relevancia. Así lo afirmó ayer el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, indicando que en Burgos han pasado de suponer un 9% del total a un 15%. Este incremento se debe, subrayó, al aumento generalizado de casos en todo el territorio y no a un factor concreto como puede ser el colegio.

De hecho, hace ya tiempo que los rastreadores de la provincia tienen muchas dificultades para localizar el origen de un brote:se detectan los casos vinculados a un contagiado en concreto, pero no se llega con certezas al origen de la infección inicial. Este es otro indicador más de que la situación epidemiológica se está descontrolando.

Sanidad, no obstante, sigue detectando brotes y alguno es muy numeroso. Así ha sucedido con el declarado ayer en la residencia de personas con discapacidad El Cid, que es de la Consejería de Familia y ya tiene 37 casos asociados. Se trata de un centro de personas con discapacidad intelectual que entran y salen de las instalaciones, por lo que es difícil determinar dónde se produjo el caso ‘cero’. Por el momento, hay 37 usuarios con la infección confirmada y la Junta está desinfectando el centro.
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