Diario de Burgos

Burgos caza más de 150.000 ejemplares del Ave del Año

G. Arce
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Seo/BirdLife alerta de que la población de codorniz común cae un 74% en los últimos 20 años y la califica como especie en peligro

Burgos caza más de 150.000 codornices cada temporada. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

La pasada temporada se abatieron en los campos de cereal de la provincia 156.469 codornices comunes, casi 4 de cada 10 ejemplares cazados en el conjunto de Castilla y León. Burgos, el denominado granero de España, sigue siendo el principal refugio temporal de la que la Sociedad Española de Ornitología (Seo/BirdLive) ha erigido como Ave del Año 2020, un título otorgado por los socios de esta organización nacional que busca visibilizar el peligro que corre este preciado y tradicional trofeo para miles de cazadores.


Los balances cinegéticos de la Junta de Castilla y León ya visibilizan el declive de esta pequeña galliforme, experta en el camuflaje entre los rastrojos de cereal, donde se alimenta y cría. Hace quince años, la media veda se cerraba en Burgos con cerca de 250.000 codornices en las perchas; el último dato del periodo 2018-2019 es un 36,8% inferior (156.469 ejemplares). Es más, de la última temporada, la de 2017-2018, se han dejado de cazar más de 10.000 aves en la provincia.


La codorniz es, con diferencia, el ave más cazada en la provincia, seguida de lejos por la perdiz roja (52.760), la paloma torcaz (21.069), los zorzales (17.363), la becada (15.855) y la tórtola (4.383), según los registros de la temporada 2018-2019. Esta última ave también registra unos descensos importantes y se encuentra en una situación parecida a la codorniz.


Bien es cierto que cada verano tiene sus particularidades, muy dependientes de la abundancia o no de agua, calor, alimento y refugio, pero el descenso en las capturas del Ave del Año es continuo y avisa de que algo está ocurriendo con la codorniz y los campos en los que habita.
Seo/BirdLife estima la población española de codorniz en torno a los 250.000 ejemplares, según sus censos, lo que supone una bajada del 74% en las últimas dos décadas, lo  que ha lleva a la organización conservacionista a calificar en peligro esta especie.


Las zonas de mayor abundancia se ubican en Extremadura y Andalucía, aunque se trata de un ave migratoria que cría en la mayor parte de España  y también Marruecos.


AGRICULTURA

La principal amenaza se esconde en los campos donde se alimenta y reproduce, que están sufriendo fuertes alteraciones. Las más dañinas, explica la organización ecologista, son "la pérdida de elementos naturales en el paisaje agrario y de prácticas clave como el barbecho, la simplificación de cultivos, el adelanto de las cosechas o el uso generalizado de plaguicidas y herbicidas". "Esta transformación -denuncia Seo/BirdLife- ha sido en gran medida inducida por la Política Agraria Comunitaria (PAC), que ha fomentado la intensificación y la productividad sin prestar atención a los efectos negativos sobre los recursos naturales y la biodiversidad".


Además de la sobreexplotación agraria, los ecologistas denuncian la "fuerte presión" cinegética y la contaminación genética de la especie. A este respecto advierten de la amenaza de la suelta de aves criadas en cautividad la especie japonesa o híbridos con fines cinegéticos.
El cambio climático también está detrás de este declive, lo que afecta a a sus patrones migratorios y reproductores. De hecho, apunta Seo/BirdLife, este año la codorniz ha adelantado su llegada a España por las temperaturas anormalmente altas que se han registrado este invierno. La reproducción de esta ave dependerá mucho de las lluvias que propicien una estación verde y con abundancia de comida.