Álvaro Ibáñez cumplió con su papel de favorito en el Campeonato de España de Esgrima y se proclamó campeón en espada masculina, revalidando así el título que conquistó en 2017. El tirador burgalés acudió a El Escorial como el ‘número 1’ y demostró por qué ocupa ese puesto con un nivel que se fue incrementando a medida que se acercaron los duelos decisivos.

Después de haber ganado los dos últimos torneos nacionales, Ibáñez llegó a la cita en lo más alto del ranking y eso le permitió comenzar directamente en la ronda de 32. El burgalés fue de menos a más y fue desarrollando su esgrima con el paso de la competición. Le tocó enfrentarse a rivales de la talla de Calderón o Bargues antes de meterse en la lucha por el podio, pero tuvo la cabeza fría para ir superando rondas. «He trabajado mucho el aspecto psicológico y me ha ayudado bastante a seguir progresando», analizó ayer Ibáñez.

De hecho, esa fortaleza mental le ayudó mucho en semifinales, cuando ganaba por 14-10 y recibió tres ‘tocados’ consecutivos que hubieran hecho dudar a cualquiera. Sin embargo, mantuvo la calma y supo sellar su pase a la gran final (15-13).

En la lucha por el título,  se topó con Elías Gavaldá, de la Sala de Esgrima Amposta, que no se lo puso nada fácil y le obligó a remontar hasta en dos ocasiones. «Comencé 5-2 por debajo, empaté el asalto y se me fue otra vez 8-5. Después, competí con más autoridad y logré llevarme el triunfo 15-10», comentó (...).

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