Diario de Burgos

El uso de la ORA sigue sin normalizarse tras año y medio

H.J.
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Aunque los porcentajes han ido mejorando poco a poco tras el desplome de la pasada primavera, la ocupación de la zona azul en la capital burgalesa aún sigue en torno a un 10% por debajo de los datos de 2019

El último espacio en incorporarse a las áreas reguladas ha sido el entorno de Hacienda - Foto: Patricia

Cerca de la normalidad, pero todavía no se alcanza. Como en el resto de las actividades de la vida cotidiana, el uso de la zona azul en el centro de la capital burgalesa sigue estando por debajo de las cifras registradas en el año 2019. La caída se cifra en torno a un 10%, con datos hasta el cierre del mes de mayo y a la espera de comprobar si el levantamiento de las últimas restricciones vinculadas a la covid (sobre todo en relación a la hostelería) va surtiendo efecto.

Las áreas de estacionamiento regulado, donde hay que pagar por estacionar, ofrecen una jugosa estadística sobre el comportamiento de los conductores y son por tanto un termómetro complementario para medir la actividad de la ciudad. Pero entre la segunda quincena de marzo, todo abril y casi todo mayo de 2020 estuvieron anuladas.

Desde ese momento, el total de tickets que los usuarios obtienen bien sea a través de la app móvil o a través del parquímetro no ha logrado remontar hasta el volumen de dos años atrás. Casi lo hizo el verano pasado, pero en el otoño cayó en torno al 85%. En Navidades volvió a remontar hasta el 90%, en enero y febrero descendió ligeramente y en marzo incluso llegó al 97%, pero tanto en abril como en mayo el porcentaje se ha vuelto a quedar a 10 puntos de la normalidad.

El concejal responsable de este área, Adolfo Díez, interpreta que "las restricciones que todavía quedan provocan que el ritmo de vida general no sea el mismo que el que teníamos en 2019, así que quizás ese 10% que falta aún sea achacable a la pandemia".

Menciona, por ejemplo, la afección directa a la hostelería o al comercio, así como el pequeño porcentaje de teletrabajo que se ha consolidado y que tendría influencia directa, por ejemplo, en los movimientos hacia las oficinas del centro de la ciudad.

Regino y casco alto. En el balance de la zona azul en lo que va de año se aprecia la consolidación paulatina del móvil como forma de pago preferida por los conductores. Es una tendencia que empezó a observarse con fuerza a finales de 2019 y que la pandemia ha terminado de consolidar. En la actualidad los pagos a través del móvil suponen alrededor del 60% del total.

Pese al cambio de comportamiento en los usuarios, y según apunta el concejal Adolfo Díez, no hay previsión de retirar por ahora ninguno de los parquímetros "porque no consideramos que de momento estén condenados a desaparecer, pues siempre habrá quien no quiera o no pueda disponer del terminal en el momento del abono".

Previsiblemente, a lo largo de los próximos meses, la nueva zona de O.R.A. establecida a principios de marzo en la calle Vitoria, a la altura de la delegación de Hacienda, aportará su granito de arena para la recuperación general de la estadística. Comenta Díez que "al principio el uso de esas dos plazas era muy escaso, pero vemos que va aumentando poco a poco y creemos que también su rotación se irá incrementando con el tiempo hasta llegar a la normalidad".

Allí se ganaron 189 plazas, teóricamente para compensar las que la empresa concesionaria había perdido en años anteriores como consecuencia de la adecuación de paradas de autobús, peatonalizaciones, para crear o ampliar islas de contenedores de basura, ampliaciones de acera o para aparcamientos reservados a motocicletas.

Si nada se tuerce, próximamente se sumarán a ellas otras cuantas plazas en el centro histórico alto. Está por definir las calles exactas donde se implantaría, pero sería alrededor de San Esteban. "Es una iniciativa en respuesta a la demanda vecinal, porque allí no hay posibilidad de construir párkings disuasorios y la opción para favorecer la rotación pasaba por el estacionamiento regulado", comenta Adolfo Díez.

La propuesta ya cuenta con el visto bueno de los técnicos municipales del área de Tráfico y el equipo de Gobierno está a la espera del consenso vecinal, "porque es importante que la solución que apliquemos satisfaga a los vecinos".

De esta forma desaparecerá la última zona verdaderamente cercana al corazón de la ciudad donde era posible aparcar de forma gratuita. La extensión de la zona azul y las progresivas dificultades al coche particular es una tendencia paulatina en todas las ciudades y Burgos no va a ser menos.