Diario de Burgos

La Tesla se regenera al completo 20 años después del incendio

R.P.B. / Burgos
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Las 2.000 hectáreas que ardieron en las caras norte y sur muestran hoy un aspecto envidiable, si bien aún mejor en las zonas no privadas del monte en las que invirtió y actuó la Junta

La Tesla se regenera al completo 20 años después del incendio - Foto: Patricia

Mari Feli vio el rayo desde el balcón de su casa de Urria, localidad enclavada en la falta de la Tesla por la que nunca ha dejado de serpentear al agua. «Cayó allí, al fondo, y enseguida empezó a verse el humo». Han transcurrido 20 años de aquel catastrófico verano que asoló la imponente sierra de la Tesla tanto en su cara norte, que se asoma a la Merindad de Cuesta Urria, como de su cara sur, hacia el Valle de Valdivielso. Había ola de calor en el arranque de aquel mes de agosto.Un calor sofocante al que contribuía a hacer más agobiante el viento sur. El incendio que provocó el rayo aquella tarde se sofocó con prontitud. Pero al caer la noche, fuertes ráfagas de aire avivaron las brasas que no habían podido extinguirse, provocando un infierno que nadie en la comarca ha podido olvidar.

«Lo recuerdo como si fuera ayer. Las llamas eran altas y se acercaron muy rápido al pueblo, por eso tuvieron que evacuarnos a todos. Las casas más cercanas al monte corrieron peligro.Se pasó miedo, pero ahora el monte parece más poblado», evoca Vicente, también vecino de Urria, camino de su paseo vespertino. Nadie hoy diría que en esa maravilla natural que es la Tesla ardieron, en su cara norte, más de 1.000 hectáreas de arbolado y arbusto. A simple vista, ya no queda rastro de aquella brutal cicatriz negra que durante años tiznó sus ubérrimas laderas como úlceras lacerantes. Desde cualquier punto que se mire no hay sombra de aquel horror: todo está verde. «Ya hay pinos nacidos después del incendio que tienen hasta diez metros de altura», asegura Rodrigo, otro vecino de este pueblo que lleva el agua hasta el nombre. Lo sabe bien: conoce al dedillo el monte de andar por él con el ganado.

El Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León confirma el mejor de los diagnósticos: la Tesla ha vuelto ser un vergel; se ha regenerado de maravilla dos décadas después de ser asolada en sus dos caras. Si en la zona de Cuesta Urria el fuego arrasó más de 1.000 hectáreas, otras tantas ardieron en otros dos incendios, uno cerca de Tartalés de los Montes y otro en la zona de Escóbados de Abajo.

Hubo sólo dos días de diferencia entre el primero y el último de los incendios, cuyas labores de extinción se prolongaron durante semanas, ya que hubo que combatirlos contra muchos elementos en contra: las altas temperaturas, el fuerte viento y la dificultad de acceder al fuego por el tupido estado del monte, especialmente en su cara norte.

(El reportaje completo en la edición impresa de hoy de Diario de Burgos)