Diario de Burgos

Sin pasos a nivel en Miranda 20 años después

Ó.C. / Miranda
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Los vecinos de El Crucero aplauden la clausura del último paso a nivel de la ciudad en una jornada histórica para cerrar un capítulo reivindicativo del barrio. «Llevamos más de 20 años peleando y lo hemos conseguido»

Adif cerró el tránsito a vehículos en el paso a nivel con bloques de cemento a la espera de vallar la zona. - Foto: Ó.C.

El último paso a nivel de Miranda quedó inutilizado ayer poco antes de las doce del mediodía. Los vehículos ya no cruzarán las vías por este punto del barrio de El Crucero, en el que se respiraba un ambiente de victoria. «Llevamos más de 20 años peleando por esto y lo hemos conseguido», aplaudía Ana Cuesta. En 2021, esta vecina charlaba con Diario de Burgos sobre la última fecha dada por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para cumplir su vieja promesa. Entonces se habló de 2024 y la previsión por una vez en esta historia se ha cumplido. Aún así, reconocía que ha mantenido las dudas hasta el último momento y este jueves las despejó en «un día señalado porque lo que parecía imposible lo ha sido», admitía.

Cuesta tiene su casa justo al lado de las vías. Juan Albujar también vive muy cerca del paso a nivel clausurado. En su caso, reconocía cierto trastorno a la hora de coger el coche y salir rápido a la N-I, porque ahora tendrá que bajar al centro por el Casco Viejo o utilizar el acceso construido a través de la calle Alondra. Con el cambio de reglas, vaticinaba que «habrá más tráfico por la Parte Vieja, porque lo vecinos de esta zona no vamos a ir hasta la nueva entrada».

Aun así, la satisfacción ganaba. «Paso mucho, tanto andando como con el coche y agradezco no tener que cruzar por aquí, porque el horario del colegio es horrible si te pilla el tren», explicaba Salomé Castillo, quien detallaba que cuando se limitaba el paso se generaban problemas. En este sentido, Cuesta resaltaba que «cada vez que cerraba la barrera se montaban unos cristos de impresión y como estuviese más de diez minutos se metía la caravana en la N-I y aquí en el barrio no te quiero ni contar».

Jesús Escribano también salía del barrio a través del paso a nivel y remarcaba que «a veces llegabas, te pillaba la barrera y te tirabas media hora esperando». Él reside muy cerca de la calle Alondra, donde se habilitó ayer el nuevo acceso que canalizará el tráfico de entrada y de salida. Pese al posible aumento del número de coches, Escribano ensalzaba que «todo lo que sea avance mucho mejor, porque aquello era una antigüedad». Además, apuntaba que la zona del vial no está construida y «salvo a algún vecino de la rotonda no creo que moleste a nadie». Una visión similar transmitía José Luis Álvarez, quien detallaba que esta semana han cambiado el sentido a varias calles, pero sobre el tráfico «seguro que se aguanta, porque no creo que sea excesivo ni muy ruidoso, porque no van a pasar muchos camiones de carga», matizaba.

Con el fin del paso a nivel, también se inauguró la pasarela peatonal sobre las vías. Castillo fue una de las primeras en pasar y reconocía que «ya es hora de que lo abran, porque ya que está por lo menos usarlo», aunque añadía que «el circuito es un buen paseo». En este sentido, Albujar lamentaba que «hay mucha gente mayor que no sé como lo van a hacer, porque tardarán mucho tiempo en cruzar».

Otro aspecto al que apuntaban los vecinos tiene que ver con las carencias de la pasarela, ya que por ahora carece de iluminación «y deberían de poner alguna luz, porque por la noche dará hasta miedo», criticaba Escribano, que también mencionaba la necesidad de habilitar aceras en los accesos. Ayer, personal de Adif adecentó con cemento la entrada, aunque en esta parte peatonal queda por mejorar. El administrador ferroviario también debe concluir el cierre del paso a nivel, porque por ahora han colocado unos bloques de cemento para evitar el paso de los vehículos, pero durante los próximos días se vallará para evitar que tampoco pasen peatones. 

Lío con el autobús. A pesar de las buenas sensaciones, en el barrio había cierto malestar por la gestión del recorrido del autobús urbano, en un momento en el que al estar cortado el itinerario por el Casco Viejo, se iba por el paso a nivel. «A ver qué pasa porque la gente está preocupada», reconocía Cuesta, que el miércoles se metió a la cama con el anuncio de que se suprimirían dos paradas y ayer por la mañana el Ayuntamiento rectificó y comunicó que mantenía la ubicada en la antigua Galletas Coral y la que se encuentra en la Carretera de Orón, a la altura de la calle Merendero II.