Diario de Burgos
Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


La pitada

11/10/2023

A veces da la impresión de que Pedro Sánchez no está en este mundo. Se mueve en un espacio etéreo en el que ve las cosas como a él le gustaría que fueran, no como son. No asume, por ejemplo, que más de la mitad de los españoles no le han votado porque quieren desalojarle de La Moncloa, aunque él recurra al comodín de aliarse con partidos indeseables para seguir en la presidencia del gobierno.

No conoce la España real, hasta el punto de que llega al ridículo de considerarse víctima de una conspiración del PP y de Vox, sin reconocer que no son el mismo partido, y por tanto difícilmente sumarían esfuerzos para compartir una conspiración. Segundo y más importante, no asume tampoco que el rechazo masivo que sufre se visualizó perfectamente en las elecciones de marzo, cuando tuvo un estrepitoso fracaso; aunque se visualizó menos el 23 de julio, porque le funcionó la estrategia de identificar al PP con Vox y, para suerte suya, en el PP no supieron contrarrestarla con una campaña inteligente con la que desbaratar esa mentira.

El lunes mantuvo un encuentro con Feijóo que fue surrealista. Por su negativa a informar sobre su proyecto de amnistía, que hoy centra el debate político pero sobre todo por la petición que hizo a Feijóo de que no impulsara las pitadas contra su persona el día de la Fiesta Nacional. De locos. De locos que Sánchez piense que las pitadas las organiza el PP.

No quiere entender, ni quiere ver, que sufre un profundo rechazo social. No solo de la derecha, sino de destacados socialistas – no del grupo de dinosaurios- que no pitan en la calle pero que hacen declaraciones y escriben artículos en los que reafirman su ideología de izquierdas pero desean ver a Sánchez fuera del gobierno. Porque desprestigia al PSOE y porque está convirtiendo a España en el país europeo con mayores problemas de convivencia … por no mencionar los problemas económicos.

Las pitadas que recibe cada vez que sale de la Moncloa deberían hacerle ver que algo debe haber hecho mal. A poco que dedicara unos minutos a su situación sin escuchar a los colaboradores que le bailan el agua, tendría que admitir que no es un presidente que entusiasme a gran parte de la población, que la mayoría de los españoles no tragan con el discurso de que la amnistía, el referéndum, los indultos y los favores a los independentistas buscan la paz social en Cataluña; ni tragan con las declaraciones y gestos de su vicepresidenta Yolanda Díaz, a la que ha tenido que pedir que se abstenga de hablar sobre Israel y Hamás, porque cada vez que abre la boca se hace más evidente que sus conocimientos de política internacional, y también nacional, son manifiestamente mejorables. Y no es conveniente desbarrar sobre lo que ocurre en Oriente Medio.

Ya saben: las pitadas del 12 de octubre las organiza Feijóo. Palabra de Sánchez.