Una vez archivada de nuevo la causa del triple crimen y a punto de cumplirse 20 años del terrible suceso, el juzgado que dirige el procedimiento, el de instrucción 2 de Burgos, considera que ya no hay razón para no destruir el Audi A6 blanco que fue propiedad de Salvador y que después heredó su hijo Rodrigo. El vehículo se convirtió en un indicio para la resolución del caso en 2007, cuando la UDEV de la Policía Nacional lo incautó en el contexto de las pesquisas que pusieron el foco sobre el hijo mayor del matrimonio asesinado. Los investigadores siempre han considerado que el autor del triple asesinato -murieron Salvador Barrio, su esposa, Julia Dos Ramos, y el hijo menor de ambos, Álvaro- registró los bolsillos del pantalón del padre  y se llevó las llaves de dicho automóvil. Con ellas bajó al garaje del inmueble, abrió la puerta del coche y después el portón del aparcamiento con un mando a distancia que dejó en uno de los asientos, si bien en él no aparecieron restos de sangre. Fue esa la manera, según la investigación, que empleó el asesino para abandonar el inmueble de manera discreta, pues saliendo por el portal corría un mayor riesgo de ser visto por algún testigo.

Ese Audi A6 se encuentra ahora en un depósito de La Coruña utilizado como almacén de pruebas judiciales, después de permanecer en el garaje de la Comisaría de Orense desde que fue requisado. En 2021, en el marco de la investigación abierta sobre el sospechoso Ángel Ruiz, fue de nuevo inspeccionado. Todos los frotis llevados a cabo en distintas partes del vehículo contenían restos biológicos, pero ninguno con ADN nuclear que permitiera compararlo con un perfil genético indubitado del vecino de La Parte de Bureba. De manera que el automóvil también quedaba descartado como fuente de evidencias que contribuyan a resolver el triple crimen.

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