En una de las muchas viviendas unifamiliares que la banda de albaneses robó en Medina de Pomar, uno de los integrantes de la familia casi se da de bruces con los ladrones. En la casa solo hay alarma en la parte de abajo, pero no en la de arriba. El sistema de aviso no sonó, lo que hace pensar que accedieron por la parte de superior directamente a los dormitorios. El matrimonio residente había salido de viaje ese sábado de septiembre, pero su hijo entró en la casa hacia las nueve de la noche y casi coincide con ellos.

No se encontraron, pero poco les faltó. El joven se dio un buen susto cuando encontró los dormitorios completamente desordenados. Habían dejado la bisutería después de seleccionar joyas de oro, posiblemente con sensores, y relojes. Incluso habían roto una mesilla para abrirla. "Estaba todo tirado", relatan las víctimas.

En otro robo en Medina de Pomar en mayo entraron a las 9 de la noche justo cuando los propietarios habían salido a disfrutar de un rato con sus amigos. A los 45 minutos de dejar su casa, una vecina les avisó de que sonaba la alarma, pero ya era tarde para frenar a los ladrones. En otro caso, también en Medina de Pomar, la propietaria de la vivienda había salido para ir a misa y a su regreso encontró la casa desvalijada.

Solo robaron de forma excepcional en pisos de Medina de Pomar donde había elevadas sumas de dinero que sus dueños habían sacado del cajero automático banco muy recientemente. Podría ser que los detenidos vigilaran a sus posibles víctimas.