Cuando se han cumplido ya los primeros tres meses del año 2024, la cifra de mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas en todo el país asciende a 7. Además, cinco criaturas -la última esta pasada madrugada en un pueblo de Girona- han sido asesinadas por sus padres, en tres sangrantes casos más de violencia vicaria, que es la que un hombre ejerce sobre sus hijos para hacerle el mayor daño a la madre y por la que desde 2013 han sido asesinados 54 menores. En la provincia de Burgos hay 951 mujeres dentro del sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género del Ministerio del Interior (Viogén), 12 de las cuales tienen un nivel de riesgo alto de sufrir una agresión. Se trata de la peor cara de este problema estructural que es la violencia machista. Pero hay otra, que evita que las cifras sean peores, que es la de la protección que se aporta a las mujeres más vulnerables.
Entre las distintas medidas judiciales, policiales y sociales las hay que van directamente a la prevención. Es el caso del denominado Servicio Telefónico de Atención y Protección a las Víctimas de Violencia de Género, conocido como Atenpro, que funciona desde 2010 y del que es titular la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. La Federación de Municipios y Provincias es la encargada de gestionarlo, a través de Cruz Roja, y los servicios sociales de base se ocupan de las altas y bajas y del seguimiento de los casos. Según el Boletín Estadístico Mensual de la Secretaria de Estado para la Igualdad y la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, a finales del pasado mes de enero eran 135 usuarias en toda la provincia de Burgos las incluidas en Atenpro, 26 más que en el mismo periodo del año pasado.
El Ayuntamiento y la Diputación de Burgos a través de sus centros de acción social (ceas) son quienes dan de alta y de baja a las mujeres en este programa que consiste en la entrega a las víctimas de un teléfono móvil dotado de geolocalización GPS, que les ofrece una atención inmediata y a distancia, asegurando una respuesta rápida a las eventualidades que les puedan sobrevenir, las 24 horas del día, los 365 días del año y sea cual sea el lugar del territorio español en el que se encuentren. Desde el área municipal de Servicios Sociales indican que a 29 de febrero había 52 casos activos en Burgos capital.
Atenpro permite que las mujeres que tengan acreditada su condición de víctimas de cualquier delito de violencia machista puedan entrar en contacto, a través de un dispositivo móvil, con el centro de atención que gestiona Cruz Roja y que es atendido por personal específicamente preparado para dar una respuesta adecuada a su situación, bien actuando por sí mismo o movilizando otros recursos humanos y materiales.
«Es un sistema muy parecido al de la teleasistencia que se utiliza para el cuidado de personas mayores. Si la mujer está en peligro o cree que puede estarlo o está siendo agredida o amenazada, pulsa un botón y de forma inmediata se ponen en contacto con ella. Lo puede hacer de forma más sencilla que con un móvil convencional y en el centro de atención podrán escucharla a ella o a la situación en la que se encuentre y obrar en consecuencia. Cuando es necesario se implica a las fuerzas y cuerpos de seguridad», explican desde el Ayuntamiento.
Tranquilidad. También se le puede dar un uso tranquilizador a las mujeres que sepan que su agresor puede estar cerca. «Por ejemplo, si sale de su trabajo tarde y tiene que ir caminando por una zona no muy transitada y se siente insegura, puede llamar al centro de atención para que desde allí le puedan ir acompañando hasta que se encuentre en un lugar seguro». Por otro lado, desde el centro de Cruz Roja se llama de forma periódica para comprobar si todo está bien y testar el funcionamiento del dispositivo. El pasado mes de febrero se registraron en toda la provincia de Burgos 8 nuevas altas.
Pueden acceder a este servicio las mujeres que hayan sido víctimas de violencia machista con una sentencia que lo acredite; las que lo hayan denunciado y las que, estando inmersas en el proceso, no tengan una orden de protección. Si no se da ninguno de estos casos porque no se ha producido la denuncia -en muchos casos este es un paso que no todas realizan o al menos en los primeros momentos tras tomar la decisión de romper con el maltratador- puede aportar un informe de los servicios sociales municipales que indique su condición. De forma extraordinaria pueden tener también el teléfono de Atenpro, víctimas entre 12 y 17 años con sentencia o denuncia o informe social, los hijos menores de las usuarias y los que tienen entre 18 y 25 y convivan con ella.
«Es condición indispensable que no convivan con el agresor y que estén integradas en cualquier tipo de programa especializado en ayudar a las mujeres a superar una situación de violencia. De hecho, hay muchos casos en los que la baja se produce porque ya se sienten recuperadas y ellas mismas entienden que no necesitan ya de esta protección», añadieron fuentes municipales.
Otro de los servicios que se ofrece a las víctimas de violencia machista es el número de teléfono 016 que presta información, asesoramiento jurídico y atención psicosocial inmediata por personal especializado. En enero, desde la provincia de Burgos se hicieron 33 llamadas, en su mayor parte por la mujer víctima y solo en seis casos, por parte de personas de su entorno, amigas o familiares.