Los concesionarios de automóviles ven algo de luz al final del largo túnel que están atravesando en los últimos años, aunque aún esté muy lejos. Las matriculaciones de junio no solo confirman que se va superando el gran bache de ventas de 2022, «un año bastante malo», sino que el cliente está empezando a aceptar y asimilar el cambio en el modelo de movilidad sostenible propuesto desde Europa: sigue a la baja la venta de vehículos con motor diésel y hay un crecimiento constante de las de los sistemas híbridos y eléctricos.
El optimismo es «muy moderado y matizable» y la prudencia «mucha», puntualizan desde la patronal burgalesa Aconauto, porque los tipos de interés altos se mantienen y encarecen extraordinariamente la financiación del automóvil, presente en casi la totalidad de las operaciones. Para colmo, el modelo de venta y atención al cliente cambia rápidamente y avanza hacia un formato digital gestionado globalmente por las marcas, lo que está restando protagonismo y negocio al comercio local.
Hasta el pasado mes de junio se han matriculado en Burgos 1.815 turismos y todo terrenos, un 18,16% más que en el mismo periodo del aciago 2022. Crece especialmente el canal particular, un 23,51%, lo que se valora muy positivamente tras las grandes dudas y los problemas de abastecimiento que han limitado las compras en los últimos meses.
Otro dato interesante: las ventas de diésel caen un 21,37%, mientras que las de gasolina suben un 18,43%. A nivel nacional, las de vehículos electrificados (eléctricos e híbridos enchufables) se disparan un 68%, aunque aún son insuficientes para cumplir con el calendario europeo de descarbonización y están muy por debajo de los niveles alcanzados por otros países.
Como referencia, en el primer semestre de 2019, meses antes de la pandemia, se matricularon 2.950 turismos y todo terrenos en la provincia, 1.135 más que los seis primeros meses del presente año, y eso que las ventas en 2019 habían descendido un 15% aquel semestre.
Estos números, valora Carlos Arce, presidente de Aconauto, confirman que se van despejando dudas y aceptando «poco a poco» el cambio de modelo de movilidad impulsado desde Europa buscando la hibridación de motores o directamente los eléctricos. «Se avanza, aunque el calendario que baraja Europa no es realista, por lo que tenemos un problema y una amenaza importante», apunta.
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