Diario de Burgos
Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


El vuelco, del rojo al azul

18/07/2023

Van a ser dos elecciones (mayo y julio) que forman un todo tras casi cuatro años de penuria electoral, ya que en ese período solo se produjeron citas regionales, tan significativas como las andaluzas, que solo son indicativos del estado de ánimo de los ciudadanos. En mayo la diferencia entre los dos partidos mayores no fue muy relevante (tres puntos de diferencia y 750.000 votos), pero suficiente para producir un vuelco en el esquema de poder. Vuelco tanto en las municipales, que tienen su propia lógica, como en las autonómicas, que representan porcentajes importantes de los servicios y del gasto público y que tienen impacto en las decisiones del Gobierno central por su influencia en los consejos interterritoriales, que son determinante para implementar políticas efectivas.

El partido azul contaba hasta ahora con el control de cinco gobiernos autonómicos (Madrid, Galicia, Andalucía, Murcia y Castilla y León) frente a nueve socialistas (Valencia, Aragón, Castilla-La Mancha, Rioja, Extremadura, Baleares, Canarias, Navarra y Cantabria). Ahora son doce populares y solo tres socialistas (Castilla-La Mancha, Asturias y, quizá, Navarra). Se trata de un vuelco político que, sumado al desplazamiento de alcaldes socialistas en favor de los populares, supone un cambio profundo en el esquema de poder político. Qué vaya a pasar tras las elecciones del domingo, no lo sabe nadie. Lo que apuntan las encuestas ratifica la hipótesis del vuelco y la marea azul que sustituye a la roja. 

No es el primer vuelco que ha conocido la democracia española a lo largo de 45 años y quince legislaturas. Hubo un vuelco radical el año 1982 con la abrumadora llegada de los socialistas al gobierno; otro el año 1996 con el triunfo de Aznar / PP; el tercero el año 2004 con Zapatero en la Moncloa; el cuarto con Rajoy el año 2011 y el quinto con Sánchez y su gobierno en coalición. 

Todos estos vuelcos han cursado con razonable normalidad, bajo las reglas de la democracia. Lo que se está cociendo estos días es la posibilidad de otro vuelco que inquieta mucho a los instalados y no tanto a buena parte de la ciudadanía, que mantiene no poca distancia con el ruido del ambiente. En realidad, las diferencias entre azules y rojos no son tan extremas como ellos predican. Sus márgenes de maniobra son estrechos.