Cada año, el Ayuntamiento burgalés ingresa un buen pellizco por las multas que la Policía Local tramita por incumplimientos de las diferentes ordenanzas de circulación. El año pasado, por ejemplo, ingresó 4,2 millones de euros, una partida que multiplica por diez, por ejemplo, a lo recaudado en tasas por licencias urbanísticas o las de ocupación por terrazas. Lo curioso es que, pese a que algunas sanciones se han endurecido y a la gran cantidad de campañas de concienciación impulsadas, esta cantidad no para de crecer a lo largo de los años. Cada vecino paga de media 24,20 euros, que es casi tanto como los mirandeses y arandinos juntos.

Según una estadística sobre liquidación presupuestaria municipal publicada por el Ministerio de Hacienda y Función Pública, Miranda de Ebro recaudó alrededor de 575.000 euros en denuncias contra la seguridad vial, lo que hace una media de 16,32 por ciudadano. Por su parte, en Aranda de Duero el Consistorio recibió de multas 355.000 euros, lo que supone un coste por vecino de 10,70.

Ya no es que cada burgalés pague en multas casi lo mismo que la suma de los residentes de las otras dos grandes ciudades de la provincia. Es que superan a lo que abonan abulenses y sorianos juntos, y casi duplican a los salmantinos. Esto nos convierte en los segundos de la Comunidad, por detrás de los leoneses, que pagan 32,05 euros, que más coste medio soporta.

Por poner algo más de contexto a los datos, cabe destacar que hace tan solo una década los vecinos de Burgos pagaban cinco euros menos. Esto significa, y así lo refrenda también la memoria anual de la Policía Local, que cada vez se tramitan más multas. Sin ir más lejos, el año pasado fue la cifra de denuncias más alta desde 2016.

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