Diario de Burgos

Fin a una primavera extrema

L.M. / Burgos
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Pese a las intensas lluvias de mayo, Burgos deja atrás una estación con un 57% menos de precipitaciones y unas elevadas anomalías positivas en cuanto a la temperatura se refiere

Ha habido días en los que las altas temperaturas han hecho aconsejable un ventilador portátil. - Foto: Luis López Araico

Es casi mejor no imaginar de qué catástrofe medioambiental podríamos estar hablando si las lluvias que han caído durante todo el mes de mayo en Burgos -en algunos sitios con mayor intensidad que en otros- no se hubieran producido. A pesar del retraso, la Agencia Estatal de Meteorología ha anotado un déficit de precipitaciones en la base del aeropuerto de Villafría del 57%. Este porcentaje tan abultado no hace sino otorgar a la primavera burgalesa el calificativo de «extremadamente seca».

De los 158 litros por metro cuadrado que suelen caer en la capital como media entre marzo, abril y mayo, apenas se han registrado 79,2. El balance es francamente negativo y deja una de las peores cifras de la historia reciente. Buena parte de culpa la tienen los apenas 30 litros que cayeron entre marzo y abril, meses críticos para sectores como la agricultura y que dejaron un cómputo ínfimo. Es más, durante la primera semana de mayo las precipitaciones igualaron las anotadas en esos 60 días previos.

En la misma estación del 2022 el panorama fue radicalmente distinto: por aquel entonces la base del aeropuerto registró 154 litros por metro cuadrado, tan solo 4 menos que la media de la última década. Aunque en las últimas semanas la lluvia brilló por su ausencia, la Aemet la consideró «próxima a lo normal». 

Muy lejos quedan los 220 l/m2 que cayeron en la primavera del 2020, la del confinamiento por la pandemia, y que escaló como una de las más húmedas de siempre.

Si en cuanto a las precipitaciones el balance es preocupante, en relación a las temperaturas la situación se vuelve aún más crítica. La media ha sido de 11,1 grados, lo que destapa una anomalía positiva de 1,4 grados. Tomando como referencia las máximas, que se han elevado hasta los 17,8 grados, son 2,2 más que lo normal, mientras que el promedio de las mínimas (4,3) es 0,7 superior a lo habitual. Todos estos registros llevan a la Agencia Estatal de Meteorología a calificar la estación como «muy cálida». La del año pasado se quedó 'tan solo' en una anomalía de 0,5 grados.

El cuarto mes. Abril fue, a todas luces, un periodo de récord. Lo ocurrido de esos 29 días hasta fue algo insólito, al menos en el corto plazo. El día 28 la Aemet registró en su base del aeropuerto de Villafría 29,3 grados. Se trata de 1,3 más que los 28 que hasta esa jornada marcaban la máxima jamás anotada en la capital. Durante la madrugada del día 5, el organismo estatal notificó un nuevo récord histórico, en este caso radicalmente opuesto. A las 7:30 horas se registraron -6,6 grados de mínima, 0,4 menos que los -6,2 que databan de este mes pero del año 1975.

La previsión de cara al verano habla de tres meses (junio, julio y agosto) especialmente cálidos y con menor probabilidad normales. En cuanto a las precipitaciones, lejos de otros ejercicios, la Aemet pronostica que será «probablemente» húmedo.