Diario de Burgos
Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


"Acabar con la corrupción"

26/06/2024

La historia se complace en la ironía. Puede sonar a broma pero Pedro Sánchez llegó al poder en 2018 utilizando como palanca para tumbar el Gobierno de Mariano Rajoy una moción de censura que defendía como argumento y objetivo acabar con la corrupción. Tal como suena. Previamente, en un debate electoral, Sánchez había llamado "indecente" al entonces presidente del Gobierno.
Evocar, estos días que se cumplen seis años de aquella moción ,un episodio sin precedentes en la historia parlamentaria de nuestra democracia, debe provocar más de una sonrisa entre quienes como José Luis Ábalos -exministro y ex secretario de organización del PSOE- copa los papeles relacionados con el llamado "caso Koldo"; caso que por mejor nombre debería llevar el del exministro hoy arrojado a la penumbra del Grupo Mixto. El "caso Koldo" o las sombras que proyectan las investigaciones judiciales que afectan a familiares directos del presidente del Gobierno. O al mismo Pedro Sánchez que, sesión tras sesión de control al Gobierno en el Congreso, se niega responder con claridad a las preguntas que le plantea la oposición acerca de estos episodios en los que el termino corrupción sobrevuela el Hemiciclo.
Por no hablar de la ley de Amnistía -calificada de "infame" por Felipe González- y tenida como un caso de libro en el manual de la corrupción política puesto que, a cambio de los votos para mantener a Sánchez en La Moncloa, los delincuentes separatistas condenados por el golpe del "procés" compran la impunidad para sus delitos.
A la luz de todo lo que ha sucedido en los últimos seis años, evocar ahora el relato argumental y la justificación de aquella moción de censura parecería un sarcasmo. Como lo es en parecida estela el "paquete de medidas de regeneración democrática" que ha venido anunciando Pedro Sánchez en diversas entrevistas. Medidas que, aún sin concretar, han sido interpretadas por sus corifeos como un paso para atar corto a los medios críticos y que en el límite del dislate podrían incluso afectar al mundo de la Justicia hasta ahora blindada por la separación de poderes que consagra la Constitución.
Confiemos en que la cosa no pase del plano de las amenazas, pero un hecho ya se pude constatar: desde que están en el Gobierno han acabado siendo todo aquello que decían que venían a combatir.