Diario de Burgos

El caso inédito de un recién ascendido

C.P. / Burgos
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Desde que existe el formato de la Final Four, el Tizona es el único equipo que la va a disputar a la campaña siguiente de subir de LEB Plata

Ramon Vila abraza a Jacobo Díaz tras sellar el pase a la Final Four. - Foto: Luis López Araico

El Grupo Ureta Tizona se ha colado en una fiesta en la que nunca antes había estado invitado un recién ascendido. El conjunto burgalés se va a convertir en el primer equipo que dispute la Final Four justo después de subir desde la LEB Plata. Una trayectoria meteórica que habla de la increíble temporada de los burgaleses y que les convierte en un rival muy peligroso, pues no tienen nada que perder.

El conjunto dirigido por Diego Ocampo se batirá en duelo el próximo sábado contra el Movistar Estudiantes en la primera semifinal. Junto a ellos, estarán el Longevida San Pablo y el Força Lleida, todos ellos clubes que ya han jugado este torneo con anterioridad y que, en cierta manera, contaban con estar ahí arriba.

El formato de la Final Four entró en vigor en la campaña 2018/19 en Bilbao. Allí, se midieron el Palma, el Ourense, el Melilla y el anfitrión, siendo este último el que consiguió el ascenso a la ACB. Al año siguiente, la pandemia paró la competición y se reanudó este sistema en la campaña 20/21. En esa ocasión, el Granada selló su billete a la élite en su cancha ante la impotencia del Breogán, el Coruña y el Alicante.

El anfitrión continuó con su buena suerte en el curso 21/22, pues el Girona de Marc Gasol tumbó al Estudiantes de Epi en el duelo decisivo de la Final Four, en la que también compitieron el Palencia y el Força Lleida. Ya en la última edición, la ley del anfitrión se vio rota porque el San Pablo no fue capaz de ascender en el Coliseum. El Palencia se proclamó campeón en una cita que también jugaron el Gipuzkoa y el Valladolid.

Todos los clubes que han participado a lo largo de estos años en la Final Four eran proyectos con bastante caché dentro de la categoría y no le sorprendía a nadie que estuvieran ahí. Ninguno de ellos era un recién ascendido, como es el caso del Tizona. Y es que los burgaleses están rompiendo barreras y se han ganado sobre el parqué el lujo de estar entre los cuatro candidatos al ascenso. Una vez ahí, no quieren renunciar a nada y están dispuestos a doblar la apuesta convirtiéndose en el primer club recién ascendido en subir a la ACB.