En la Escuela Oficial de Idiomas tienen sobradas razones para un optimismo moderado. El nivel de los alumnos que acceden a este centro de referencia ha crecido exponencialmente en los últimos 20 años, lo que demuestra que el esfuerzo de enseñanza en Primaria, Secundaria y Bach está dando sus frutos. 

El director del centro, Julio Munguía, añade un factor más:la universalización de los viajes, la economía globalizada y la irrupción de tecnologías y redes de comunicación internacionales han generado más concienciación social sobre la importancia de dominar, al menos, un idioma extranjero. También está la exigencia de los certificados para ejercer una profesión, como la docencia en las escuelas o el trabajo cualificado en cualquier empresa.

Gabriel Barbero, jefe de estudios, estima que el nivel de Burgos es superior a la media española. Es una apreciación que basa en los niveles superiores (a partir de B1, B2 e incluso C1) con los que llega el alumnado a la Escuela de Idiomas desde el Bach. «Antes no se veían, lo que muestra una mejora en los últimos años atribuible a trabajo en los institutos y las políticas de formación bilingüe».

El inglés es hegemónico. Le sigue el francés y el alemán, cuya demanda  ha subido mucho por el atractivo laboral de este país y por las empresas de esta nacionalidad radicadas en Burgos. El italiano es muy popular y también se imparte el ruso.

Beatriz Sedó, jefa del Departamento de Inglés, añade que el perfeccionamiento de idiomas no conoce edad, especialmente en los niveles más básicos, que permiten desenvolverse con soltura en cualquier circunstancia. «Hemos aportado por una enseñanza menos gramatical y más en oral. La gente joven está muy familiarizada en ver vídeos o escuchar música en inglés. Ha cambiado la forma de aprender y de dominar un idioma. Entienden bien, hablan peor y les falta mucho en el tema gramatical, pero se defienden en cualquier país extranjero», puntualiza Munguía.