Diario de Burgos

Se acaba el plazo para las clarisas

I.P. / Burgos
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Deberán irse del convento de Belorado si hoy no se retractan. Las 10 monjas cismáticas tienen hasta las 14 horas para declarar ante el Tribunal Eclesiástico. En caso de mantener su postura serán excomulgadas, lo que supone también perder sus votos

Se exigirá además que abandonen el monasterio el falso papa y su ayudante, José Ceacero, que ha hecho de portavoz. - Foto: Alberto Rodrigo

Desde las 9 a las 14 horas. Ese es el tiempo que permanecerá abierto hoy el Tribunal Eclesiástico, en la sede del Arzobispado, esperando la llegada de las diez monjas cismáticas de Belorado. Donato Gómez Arce, vicario judicial, presidirá el mismo y estará acompañado del notario eclesiástico que dará fe de lo que ahí ocurra.

La incógnita se mantiene porque las religiosas clarisas no se han comunicado con el Arzobispado ni para confirmar que vendrán a declarar ni que no saldrán del monasterio beliforano después de que la semana pasada pidieran, eso sí, que se ampliara en 5 días el plazo para comparecer, demanda que fue aceptada por la máxima autoridad eclesiástica burgalesa.  

A la espera de la decisión que adopten, lo cierto es que hay pocas esperanzas de que las religiosas se retracten de su decisión de abandonar la Iglesia Conciliar, tal y como anunciaron hace poco más de un mes, tiempo desde el que llevan atrincheradas en el convento de la Bretonera de Belorado y abrazadas a las ideas del falso papa Pablo de Rojas y su ayudante, José Ceacero, que es quien ha hecho de portavoz de las monjas rebeldes.

¿Cuáles son los pasos que dará el Arzobispado a partir de esta tarde si las religiosas no comparecen para retractan de su postura?. Según fuentes del mismo, la primera medida sería la de dictar una declaración de excomunión, que firmaría el arzobispo Mario Iceta, de las diez monjas cismáticas -quedan excluidas las cinco religiosas mayores que no han participado en el proceso-, y que lleva aparejado el cese o expulsión del estado de vida religiosa de las mismas, de tal manera que a partir de ese momento pasarían a ser personas laicas, perdiendo sus votos y sin poder participar de la vida de la Iglesia ni recibir los sacramentos de la misma, es decir, no podrían comulgar ni tampoco confesarse. Estas consecuencias, apuntan desde el Arzobispado, «podría revertirse si pasado el tiempo se arrepintieran». 

(Más información, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos)