Diario de Burgos

El HUBU retrasa pruebas a pacientes de Oncología

G.G.U. / Burgos
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Estudios diagnósticos fijados para el verano se posponen a otoño sin explicación. La descoordinación entre servicios se agrava y hay más enfermos que no los consiguen a tiempo de la consulta de revisión

El desfase con las citas de los TAC se produce a pesar de que ya se han contratado pruebas de este tipo a Recoletas. - Foto: Alberto Rodrigo

La falta de coordinación entre servicios del HUBU hace tiempo que provoca demoras innecesarias; sobre todo en consultas cuyo objetivo es la valoración de pruebas de Radiología que, con frecuencia, se programan para fechas posteriores a la de la revisión de resultados planificada por el especialista que solicita el estudio diagnóstico. El hospital arrastra este problema desde hace meses y afecta, incluso, a los pacientes de Oncología. Pero lejos de solucionarse, este año se ha agravado: pruebas diagnósticas pedidas por los oncólogos para control de sus pacientes no solo se programan  para fechas posteriores a la consulta de valoración, sino que este verano se están produciendo aplazamientos de varios meses sin que el paciente reciba explicación alguna sobre la causa.

Este periódico ya ha publicado en diversas ocasiones el desfase entre consultas y estudios mediante imagen de enfermos de cáncer con proceso activo y, por tanto, necesidad constante de valoración para tomar decisiones sobre su tratamiento. Atención al Paciente acumula reclamaciones e incluso el Procurador del Común (el Defensor del Pueblo de Castilla y León) ha emitido resolución afeando este problema del HUBU.

Ahora, Atención al Paciente tramita una reclamación por el aplazamiento de un escáner (TAC) a un paciente oncológico en seguimiento por un cáncer ya superado, pero todavía dentro de los plazos que exigen supervisión periódica ante posibles recaídas. En concreto, cada seis meses. Pero se da la circunstancia de que la queja a la que ha tenido acceso este periódico refiere que tras un escáner realizado en diciembre del 2023, el HUBU programó el siguiente para julio del 2024 -un mes después de la consulta en la que el oncólogo debía revisarlo- y, sin previo aviso, el afectado recibió una carta en la que se le informa del aplazamiento de su TAC a noviembre. Es decir, que, de no haber cambios, pasarán once meses entre un estudio y otro, que es casi el doble de lo que determina el protocolo para estos pacientes oncológicos.

(Más información, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos)