La situación vuelve a repetirse un año después. Hace un mes que los empresarios de hoteles de la ciudad mostraban su optimismo respecto a la ocupación de habitaciones y la rentabilidad del sector de cara a la temporada alta, previendo un verano «potente» en línea con las expectativas nacionales que hablaban de un periodo estival histórico. Su pronóstico se basaba en los buenos datos del tercer trimestre de ejercicio, especialmente los registrados en abril y mayo que, sin embargo, se frustraron ya a mediados de junio, salvo en fechas puntuales como sucedió el tercer fin de semana, cuando se alcanzó el lleno por la coincidencia de la celebración de las oposiciones al cuerpo de profesores de Secundaria y de la Final Four por el ascenso del equipo San Pablo Burgos a la ACB.

El presidente de la Federación de Hostelería, Luis Mata, reconoce que las previsiones de afluencia de visitantes no se están cumpliendo y anticipa que la situación se extenderá durante toda la época estival, incluido septiembre. Sitúa la bajada de la ocupación en los establecimientos hoteleros en torno a un 5% respecto a las perspectivas iniciales, teniendo en cuenta, además, que se esperaba mejorar el resultado de 2022. Explica en este sentido que junio se cerró con una media del 60%, que eleva hasta el 70% durante este mes y al 80 u 85% en agosto, cuando lo habitual suele ser que llegue al 90% de media.

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