Diario de Burgos

Una oposición más dura que nunca

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El respaldo en las urnas, la unidad interna del PP, el poder territorial y el control del Senado otorgan a Feijóo un poder nunca visto en democracia como contraposición al Gobierno

Una oposición más dura que nunca

S i Pedro Sánchez logra alcanzar La Moncloa no solo tendrá que lidiar con la amalgama de partidos que necesita para aprobar cada paso de su Gobierno en el Congreso, sino que enfrente se encontrará a un PP que ejercerá una férrea oposición. Nunca antes en democracia el partido triunfador en las urnas se veía fuera de la bancada azul del Ejecutivo. Así, el partido mayoritario en la oposición, el propio PP, tendrá en esta legislatura más diputados que la formación de más peso del Ejecutivo, el PSOE. «Hoy no podré darles un Gobierno, pero les hemos dado una esperanza y una seguridad de que va a haber una fuerza política que va a defender a los españoles», apuntaba ya el propio Feijóo el pasado viernes en la última frase de su intervención, dejando claro que está preparado para ejercer una dura oposición a Sánchez, sobre todo si el socialista cede ante los independentistas, con el referéndum y la ley de amnistía como puntas de lanza.

La Cámara Baja, donde los socialistas deberán pelear cada apoyo, será el escenario además de los cara a cara entre ambos líderes, que solo han debatido en el Senado cuando el gallego asumió el liderazgo de su formación. Las sesiones de control, avanzan desde Génova, buscarán «acabar con el sanchismo» que, según subrayan, ha entrado en su «fase final» porque ya le han dado «un empujón» para ello.

Como en 1993

La situación se asemeja, aseguran en el PP, a la de 1993 cuando Aznar, pese a que las encuestas le daban la victoria, acabó siendo derrotado por Felipe González quién, sin embargo, no logró la mayoría absoluta que encadenaba desde 1982. Fue, de hecho, su última legislatura al frente del Gobierno.

El Congreso no es la única herramienta contra el Ejecutivo de la que dispone el PP. Y es que los populares cuentan con un amplio poder territorial tras los comicios regionales y municipales del 28 de mayo. Hasta 12 comunidades, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, cuentan con un Ejecutivo de mayoría conservadora. Hay que sumar, además, alcaldías como Madrid, Sevilla, Valencia o Zaragoza, entre otras, así como la presidencia de decenas de Diputaciones provinciales. Más allá de que el PP siga intentando aprobar mociones en estas instituciones que retraten al PSOE -contra la posible amnistía, por ejemplo-, este poder territorial, concretamente el que atesora al frente de las regiones, será clave en las conferencias sectoriales en las que se coordinan parcelas vitales para el Estado como Sanidad, Turismo o Agricultura. La unidad de las regiones populares en estos foros servirá también para presionar al Gobierno, pero será complicado, no obstante, ya que las autonomías no siempre tienen los mismos intereses.

El Senado, que ya aumentó su relevancia al final de la anterior legislatura por ser el escenario de los debates entre Feijóo y Sánchez, volverá a tener un papel protagonista. La mayoría absoluta del PP podrá ralentizar la aprobación de las leyes, dificultando la acción del Ejecutivo.

A todas estas circunstancias se une la demostrada unidad interna del PP. Por si quedaban dudas, la investidura acabaron por disiparlas. En Génova todos cierran filas en torno a Feijóo. Sin rebeldes.