Diario de Burgos

El placer de viajar está en el caminar

G.G.U. / Burgos
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Los Sanz Gabriel parten hoy de Burgos hacia Compostela tras cinco meses de andadura en paralelo al río Loira y a la costa atlántica y cantábrica para adentrarse luego en España

Marie, Naia y Jorge, junto al mirador de Fernán González, con el equipaje con el que han recorrido unos 2.000 kilómetros desde abril. - Foto: Alberto Rodrigo

El hartazgo hacia los medios de transporte tradicionales fue la causa por la que el burgalés Jorge Sanz y la francesa Marie Gabriel decidieron, hace ya más de diez años, que sus siguientes grandes viajes veraniegos los harían a pie. Da igual la distancia. El objetivo es disfrutar. Y el nacimiento de su hija Naia no introdujo cambio alguno. «¿Caminar engancha? Sí, claro. Porque uno se siente bien consigo mismo», explica Sanz. «Nos gusta caminar, es como nos sentimos felices», añaden.

La familia Sanz Gabriel, residentes en Francia, ha pasado un par de días en Burgos con unos familiares y hoy tenían previsto partir hacia Compostela para continuar con una andadura que empezó el 25 de abril. Y, más concretamente, en las fuentes en las que nace el río Loira, «el más largo de Francia y, según dicen, el más salvaje de Europa». La elección del trayecto no fue casual. «Nuestra hija hace lo que en Francia se llama 'instrucción en familia', homeschooling [educación en casa], y seguir todo el curso del Loira era un proyecto pedagógico para Naia, para nosotros y para los niños de la escuela con la que colaboramos», narra la pareja, que el 7 de julio alcanzó el final de la desembocadura, en la costa de Nantes.

Pero, lejos de regresar a casa, optaron por comenzar una nueva ruta. «Naia tiene un padre español que no tiene el tiempo suficiente para estar en España con ella y decidimos que teníamos que pasar parte del verano con ella en la península», comentan, matizando que en un primer momento sí pensaron en recorrer la distancia entre Nantes y España en tren, avión o incluso en barco, pero la imposibilidad de asegurar que podrían trasladar consigo los dos carros con el equipaje, los decidió a servirse, una vez más, de sus pies. «Es un modo de vida diferente y una vuelta a los orígenes, porque el ser humano es caminante», dice Sanz, mientras Gabriel apunta que «también es conexión con la naturaleza». Y, sobre todo, destacan, el viajar a pie conlleva otra forma de relación con los seres humanos, «mucho más cercana» (...).

(Reportaje completo, en la edición impresa de Diario de Burgos de este martes o aquí)