Diario de Burgos

Más de un año en autorizar tarjetas para discapacitados

F.L.D. / Burgos
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Un cambio estatal del sistema de baremación provoca un gran retraso en Servicios Sociales a la hora de emitir informes y dar luz verde a los permisos. Algunas personas incluso han perdido el derecho

Conchi López Lázaro tardó 14 meses en obtener la discapacidad y otros seis para que le concedieran la tarjeta. - Foto: Valdivielso

Decenas de personas con movilidad reducida y otras discapacidades se han dado de bruces contra la burocracia en los últimos meses. Especialmente, aquellos que han solicitado la tarjeta de aparcamiento, la cual se autoriza tras un informe previo de los Servicios Sociales. Es en este punto donde los expedientes se han ido acumulando para desesperación de los solicitantes. Un cambio en el sistema de baremación impulsado a nivel estatal ha sido el que ha provocado una situación de colapso que se alarga más de un año en muchos casos. 

Todo comenzó con el cambio de normativa sobre la baremación del grado de discapacidad en el verano de 2023. Este nuevo decreto clasifica los grados de discapacidad en 4 niveles (del 0 al 4) y cambia los porcentajes de la anterior regulación. Según defendió el Gobierno, busca priorizar los casos más graves y tener en cuenta otras realidades como es el caso de las enfermedades raras, por ejemplo.

Desde su entrada en vigor muchos colectivos y asociaciones, así como la propia Junta de Castilla y León, advirtieron de que pese a ser más integradora era más difícil de entender a la hora de hacer una valoración y, lo que era más importante, los porcentajes variaban notablemente con respecto al anterior sistema. 

¿Qué ocurrió en la práctica? Pues para empezar los profesionales de Servicios Sociales tuvieron que adaptarse al nuevo sistema. Según informan desde la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, muchos funcionarios tuvieron que recibir formación sobre esta baremación, de ahí que de primeras ya se produjera el primer retraso. Pero es que, además, a la hora de trabajar los programas no funcionaban correctamente. 

La medida que se tomó de cara a que el colapso no se incrementase fue dar prioridad a los casos más urgentes, como pueden ser los enfermos de ELA o esclerosis múltiple. Pero claro, en el resto de casos los plazos comenzaron a exceder de los seis meses que fija como tope dicha normativa. Para algunos afectados, la demora es de más de un año. Para otros las noticias que llegaron del centro base fueron peores: el nuevo sistema les dejaba sin tarjeta. Fuentes de la Junta de Castilla y León aseguran que ya se está cogiendo velocidad y que la lista de espera se va a reducir.