Tras 126 años de presencia ininterrumpida en Aranda los PP Claretianos se despidieron de nuestro pueblo el sábado 30 de noviembre con una misa solemne, aunque seguirán conservando el colegio por el que han pasado millares de arandinos. La iglesia católica española, aunque ya no queden religiosos por falta de vocaciones, no suelta así como así sus centros de adoctrinamiento, bendecidos, protegidos y blindados por las autonomías gobernadas por los partidos de derechas (PP, PNV), en detrimento de la escuela pública «la de todos y para todos» muy castigada por la mayoría (CyL podría ser una excepción) de esas autonomías, muy especialmente por la de la capital del reino.

Atrás queda el mayor pelotazo urbanístico de la historia de Aranda. Los que peinamos canas recordamos perfectamente ese espacio. Limitaban esos terrenos con el cauce del Arandilla en el tramo que va desde la Bajada al molino hasta casi la desembocadura y por el norte desde la Casa de los Maestros (hoy sede de la Policía Local) hasta el comienzo de la 'cuesta de los frailes' . Lo que era el colegio, la iglesia, el espacio de 'los postulantes' y una gran huerta cuidada con esmero por el bueno de Atanasio, es decir, varias hectáreas en pleno centro de Aranda se convirtieron, al cabo de unos pocos años, en varios centenares de pisos y un vial para conectar con el Allende.

Construyeron un nuevo colegio en las posesiones que tenían al otro lado del Arandilla, e incluso un puente sobre él por el que no nos dejaban pasar al resto de los mortales, aunque estuviéramos bautizados.

Casualmente, el provincial de la Orden que firmó la orden de venta de esos terrenos era pariente cercano de uno de los constructores beneficiados por esa centenaria venta de pisos en la que se movieron muchos millones de pesetas y que transformó, no se sabe si para bien o para mal, el centro de nuestro pueblo.