En el corazón de la capital ribereña, un enclave conocido por su tradición vinícola y por su riqueza cultural, se oculta una sorprendente variedad de platos gastronómicos internacionales, donde los paladares más curiosos pueden disfrutar de un amplio abanico de propuestas culinarias que transportan a sus comensales a diferentes continentes. Desde locales que ofrecen comida asiática hasta otros que sirven delicias latinoamericanas. Aranda de Duero cuenta con más de 10 restaurantes de comida extranjera.

Por ejemplo, el restaurante Zona-504, ubicado en el corazón de centro histórico arandino, representa los sabores criollos de América, pero en especial los de Honduras. Este establecimiento nace en 2020 a partir de la idea de unir la comunidad migrante y de compartir los sabores tradicionales del país cinco estrellas. Orbelina Rivera, propietaria y cocinera del establecimiento, presenta en su carta una variedad de platos típicos de la región. Incluye en la lista las famosas baleadas con frijoles y queso, las cenas sencillas con aguacate, chorizo, tortillas de harina, cebolla curtida y se suele acompañar de granizados de fruta natural. «La comida se prepara con amor, esa es la receta para que nuestros clientes regresen», asegura Rivera.

El restaurante colombiano Arandos es otro espacio gastronómico que transporta a sus clientes directamente a Sudamérica. Este acogedor lugar ofrece auténticos platillos; entre ellos destaca la bandeja paisa preparada con ingredientes frescos y tradicionales, al igual que los pastelitos criollos. El local brinda servicio desde 2021 y se trata de un emprendimiento familiar, conformado por Jorge y Carlos Manzano, quienes sostienen las bases del restaurante. Arandos acoge principalmente a la comunidad latina y se distingue por el sentimiento de trasladar el sabor colombiano a la capital ribereña. «La valoración por parte del público ha generado resultados satisfactorios, que ha llevado a integrar una variedad de platos, no solo de comida colombiana, también ecuatoriana, peruana, mexicana», afirma Carlos, encargado de la cocina. El primer año se enfocaron en dar a conocer sus productos a los clientes potenciales, el segundo año a integrar a la comunidad española, obteniendo resultados satisfactorios.

También el restaurante La Raspa ha emergido como un oasis culinario que ofrece a sus clientes una inolvidable travesía a través de los sabores del continente asiático el primer jueves de cada mes. Situado en el número 11 de la calle San Gregorio, la propuesta oriental que presenta Marina Chico, promotora del restaurante, es una celebración de la diversidad de sabores y técnicas culinarias asiáticas, que tiene lugar el primer jueves de cada mes. Desde las irresistibles giozas que despiertan los sentidos hasta la exquisita selección de sushi mixto, y culminando con el delicioso mochi cream como broche final, cada plato cuenta una historia única. 

Más allá de su enfoque oriental, La Raspa también abraza los sabores del mediterráneo como su eje central, «no es simplemente un lugar para comer, sino un destino culinario que ofrece una experiencia gastronómica completa», asegura Chico.

El restaurante La Cantinaccia ha cautivado a los amantes de la cocina europea con su auténtico sabor italiano desde su apertura en 1992. Este espacio culinario reside en su decisión pionera de apostar por la venta de pizzas en un momento en que esta delicia italiana comenzaba a ganar popularidad en la escena culinaria. Esta elección visionaria se materializó gracias a la colaboración de maestros de la gastronomía italiana, entre ellos el inolvidable Raúl Arlanzón, recientemente fallecido, quien dejó una huella imborrable en el restaurante por su pasión y amor infundido a cada creación.

El proceso de elaboración de las pizzas en La Cantinaccia es un arte en sí mismo. Con solo cuatro ingredientes básicos: agua, harina, levadura y sal, y la habilidad para cocinar en un horno de leña con un elemento esencial, la madera de encina, se logran resultados de una exquisitez sin igual. La masa, que es el corazón de cada pizza, es tratada con un proceso de fermentación de 24 horas, un componente fundamental que otorga una consistencia distinta y artesanal a cada bocado. «Utilizamos ingredientes 100% naturales para dar una buena experiencia a nuestros invitados, por cierto nuestra calidad como restaurante acompaña a nuestro lema, '¡Qué pasada, la Canti!'», afirma con alegría Francisco Galán, propietario del local.

Bar y Restaurante Arandos
Bandeja Paisa
El plato fuerte y típico del local, elaborado con ingredientes naturales e importados desde Colombia.Carlos, cocinero del restaurante sirve un manjar culinario que se identifica por su variedad de complementos, entre ellos, los frijoles como base principal, arroz blanco, chorizo, plátano macho, huevo frito, carne molida, chicharrón, aguacate. Un platillo con mucha proteína y nadie se queda con hambre después de probar este manjar culinario.

«Las porciones son abundantes y el sazón de la región de Antioquía se siente en el local», recalca Jorge Manzano, propietario del restaurante. 

Otros platos: Las empanadas, papas rellenas, papas aborrajadas. pastelitos de yuca, hamburguesa colombiana, tostadas de plátano con ternera acompañadas de chorizo, pollo, ternera, chicharrón. Los fines de semana ofrecen la bandeja paisa, la mojarra frita, el sudado montañero, el fiambre colombiano y la picada colombiana.

DE LUNES A DOMINGO: Ofrecen un menú diario típico que inlcluyen   platos fuertes hasta postres.

Restaurante Zona-504
Pollo Chuco
Orbelina propone este platillo como una popular opción gastronómica en Honduras, también se le conoce como pollo con tajadas y  es originario de la ciudad de San Pedro Sula. Se prepara mediante la fritura del pollo en aceite caliente hasta que adquiera un exterior crujiente y dorado, mientras que el interior se mantiene jugoso. Suele presentarse  acompañado de guarniciones como el plátano verde a las que se le agregan salsas, aderezos, chismol, picante, cebolla morada encurtida.

«Somos una mezcla de nacionalidades y nos favorece tener estos platos en nuestra carta», señala Orbelina Rivera, propietaria del local. 

OTROS PLATOS: Baleadas, tacos de pollo y de ternera, carne asada.

Restaurante La Cantinaccia 
Pizza Cantinaccia
La pizza se cocina en horno de piedra y se acompaña de ingredientes frescos y naturales. A la masa se le añade una base de tomate y por encima se agrega jamón, alcachofas, bacón, chorizo, champiñones, atún, cebolla, aceitunas, y queso mozzarella.

«Es un lugar familiar y de calidad, nos caracterizamos por nuestras recetas elaboradas desde 1992 y por nuestra pasión por la cocina», afirma Francisco Galán, propietario del establecimiento.

OTROS PLATOS: Canelones de carne, cintas corleone, volcán con mouse, risottos de queso y de setas, entrecot de ternera y un peculiar gnochi di patata tres quesos.

Restaurante La Raspa
Menú japonés La Raspa del sol naciente
Marina ofrece una completa selección de platos auténticos y de sabores únicos en el menú. Desde el edame encurtido, tokoyaki de pulpo con salsa teriyaki y tamarindo, giozas de pato con curry verde, ensalada de alga sálame, wakame con chipi cortado y langostinos, costilla barbacoa con salsa yakiniku con parmentier, sushi mixto y de postre un fresco mochi cream.

«Hicimos una fiesta en el tercer aniversario del restaurante y servimos una mesa completa de sushi a los invitados, logrando así la aprobación de los platillos asiáticos. Desde ese momento surgió la idea de incorporar en nuestro local este tipo de gastronomía», destaca Marina Chico, propietaria del restaurante.

El primer jueves de cada mes se realiza este festín asiático, donde el plato más esperado es el sushi mixto. 

OTROS PLATOS: Arroz meloso de bogavante, wok de verduras de temporada, fideuá negra con sepia y gambas y otros manjares frescos como el tartar de atún.