Algo más de 8,6 millones de euros gastó el año pasado la Consejería de Sanidad en las 718.097 cajas de agentes modificadores de los lípidos que se retiraron de los mostradores de las farmacias de Burgos por prescripción médica; un volumen de fármacos contra el colesterol que marca otro máximo histórico porque incrementa en un 155% (más del doble) al registrado en 2005: 281.363 envases, siempre según datos oficiales de Sacyl. Desde comienzos de siglo ha habido alzas constantes en el diagnóstico de dislipemia (denominación técnica del exceso de grasa en sangre) y, de hecho, casi cien mil burgaleses lo tienen ya marcado en su historial (99.976 en 2022, según Sacyl).
Pero las cifras requieren de matices y de algo de contexto. ¿Puede considerarse que casi la tercera parte de la población de Burgos está enferma de colesterol? El vocal de Atención Primaria en el Colegio de Médicos, el facultativo del centro de salud de Comuneros Ángel Matía, afirma que antes de contestar a esa pregunta hay que tener en cuenta varios factores determinantes.
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