El transporte público recupera el resuello después del duro impacto sufrido por la crisis sanitaria y los números en el primer semestre de este 2023 calcan los datos registrados en el mismo periodo de 2019. Han pasado cuatro años y se ha necesitado la concatenación de varios factores sociales y económicos para regresar al nivel que permita, a partir de ahora, buscar una nueva vuelta de tuerca para promocionar el uso del autobús urbano.
El mapa de líneas puesto en marcha el 1 de enero de 2021, las bonificaciones y reducciones planteadas en las tarifas del abono transporte y la inestabilidad del precio de los combustibles son elementos diferenciales para conseguir este propósito. Sin embargo, la mejora protagonizada se ha descrito con el paso del tiempo y no de la manera explosiva que cabía esperar.
Sea como fuere, los números sonríen al planteamiento impulsado ya en el pasado mandato. Los 6,7 millones de viajeros acumulados hasta el 30 de junio igualan la cifra registrada hace cuatro años y supone un incremento del 38% con respecto a 2021.
Entonces se sumaron 4,2 millones de usuarios en el semestre, mientras que el repunte de 2022 (con 5,4 millones de pasajeros) se queda a 1,3 millones de las cifras momentáneas de un 2023 muy positivo.
No en vano, en todos estos meses analizados el servicio ha superado el millón de usuarios, cuando en la primera mitad de 2022 solo se consiguió en marzo. Solo la llegada del verano rompió esta tendencia, ya que en julio el contador se quedó en 930.972 viajeros acumulados.
Objetivo factible. Sea como fuere, el Ayuntamiento de Burgos mira al futuro con optimismo y convencido de que el próximo 31 de diciembre se alcanzarán los objetivos marcados. La previsión global del área de Movilidad está fijada en los 12,3 millones de usuarios, un dato que confirmaría las buenas perspectivas de futuro de una sección que plantea nuevas bonificaciones para el año 2024. Cabe recordar que la alcaldesa de la ciudad, Cristina Ayala, anunció la gratuidad del autobús urbano para los mayores de 65 años.